Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

domingo, 11 de octubre de 2020

Epidemias: LA PESTE EN FLORENCIA, de Gustave Flaubert


(Fragmento inicial del capítulo VI)

Florencia estaba de luto, pues sus hijos morían por la peste; después de un mes de reinar soberana en la ciudad, durante dos días aumentó su furia. El pueblo murió maldiciendo a Dios y a sus ministros, blasfemaron en su delirio, y en su lecho de angustia y dolor, si les quedaba una palabra, era una maldición. Y como el fin estaba próximo, se revolcaban riendo estúpidamente en el libertinaje y todo el lodo del vicio. Cuando se enfrenta tal desgracia en la existencia de un hombre, un dolor tan grande, una desesperación tan conmovedora, uno se abandona por el placer de insultar a aquel que nos hace sufrir, y lanza con desprecio su dignidad de hombre como una máscara de teatro, para entregarse al libertinaje más sucio, al vicio más degradante, y expira bebiendo al compás de la música. Es el ejecutado que decide emborracharse para enfrentar el suplicio.

¡Es entonces que los filósofos deben considerar al hombre, cuando hablan de su dignidad y del espíritu de las masas!

Gustave Flaubert (Francia, 1821-1880).

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