Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

miércoles, 3 de agosto de 2011

Páginas ajenas: EL JUEGO DEL MUERTO, de Rubem Fonseca

"... trabajaba en un bar de la calle del Catete y lo vi todo, las lágrimas, los gritos..."
 
(Fragmento que alude al mes de agosto)
 
Y ahora vamos a entrar en agosto, dijo, el mes en que Getúlio se pegó el tiro en el corazón. Yo era un chiquillo entonces, trabajaba en un bar de la calle del Catete y lo vi todo, las lágrimas, los gritos, la gente desfilando ante el ataúd, el cuerpo, cuando lo llevaban al Santos Dumont, los soldados disparando las metralletas contra la gente. Si tuve mala racha en julio, ya verás en agosto.
 
Pues no apuestes este mes, dijo Gonçalves, que acababa de prestarle doscientos mil cruceiros.
 
No, este mes tengo que recuperar parte de lo que llevo perdido, dijo Anísio con aire sombrío.
 
Los cuatro amigos ampliaron para aquel mes de agosto las reglas del juego. Aparte de la cantidad, la edad y el color de los muertos, añadieron el estado civil y la profesión. El juego se iba haciendo más complejo.
 
Creo que hemos inventado un juego que va a resultar más popular que la lotería, dijo Marinho. Ya medio borrachos, se rieron tanto, que Fernando hasta se orinó en los pantalones.
 
 
Rubem Fonseca (Brasil, 1925)
 
La lectura del cuento íntegro es posible en este vínculo:

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