Después de discutirlo, en United Artists decidieron que debía viajar a México acompañada por un representante de la compañía, para obtener una copia certificada tanto de su acta de nacimiento como la fe de bautizo, documentos que les permitirían demostrar su edad al momento de suscribir el contrato.
En marzo de 1928, Lupe salió rumbo a San Luis Potosí, en donde había nacido en el barrio de San Sebastián, el 18 de julio de 1909. Por su parte, Woodwyard comisionó a un empleado suyo para impedir lo que en México solía ser una práctica común: la alteración de oficios legales a cambio de una suma en efectivo. Sin embargo, su verdadera intención era la opuesta. Quien obtuvo el documento apócrifo fue precisamente su enviado, que regresó a Los Ángeles con una acta en la que aparecía 1904 como el año de su nacimiento. Eso le serviría para tratar de apoyar sus argumentos de que Lupe no era más que una bailarina cuando él la descubrió y que contaba con veintidós años cuando firmó el contrato, por lo que tenía la validez reclamada. No obstante que Woodwyard mismo estuvo al tanto cuando las autoridades migratorias no le permitieron a Lupe ingresar a los Estados Unidos en su primer intento, debido a que era menor de edad, por lo que tuvo que efectuar los trámites posteriores ante la embajada en México.
Los astrólogos aseguran que una suerte de confabulación cósmica rige la existencia humana. Con precisión micrométrica, los movimientos planetarios influyen en la vida de cada individuo, según no sólo la fecha y el año, sino la hora y el minuto, con lo que su carta astral quedará lacrada como un oráculo ineluctable. Por diversos motivos, a Lupe le habían tratado de alterar el año de su nacimiento, pero eso no era suficiente para falsificar un destino al que ahora, de madrugada y en la soledad de su recámara, había llegado la hora de enfrentar.
La ilustración corresponde a una fotografía de Lupe Vélez: flores para su cumpleaños.
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