(Fragmento del capítulo XVI)
El 20 de septiembre Agnes y
las niñas llegaron a París. Mrs. Nortbury y su hermano Francis habían salido
hacia Italia tres semanas antes de la fecha anunciada para la inauguración del
nuevo hotel. El causante de esta prematura partida había sido Francis Westwick.
Como su hermano Henry, había aumentado su peculio merced a su capacidad e
inteligencia; pero a diferencia de aquél, sus negocios estaban relacio- nados con
el arte. Hizo mucho dinero con la explotación de un semanario, y lo empleó en
un teatro en Londres. Esta última empresa, admirablemente dirigida, había sido
recompensada con el favor del público. Para la temporada próxima había ideado
unos espectáculos musicales en los que se mezclaría el ballet con el texto
dramático. En consecuencia, decidió ponerse en busca de buenas bailarinas del
continente que pudieran desempeñarse en esas tareas. Sabiendo que dos artistas
habían debutado con gran éxito en Milán y Florencia, determinó visitar ambas
ciudades y juzgar personalmente el talento de las bailarinas antes de reunirse
con los novios. Su hermana, que tenía amigos en Florencia a los que deseaba
ver, quiso acompañarle. Los Montbarry decidieron permanecer en París hasta que
fuera el momento de acudir a la cita que la familia se diera en Venecia. Henry
les encontró aún en la capital de Francia cuando llegó desde Londres. Contra el
consejo de lady Montbarry, aprovechó la oportunidad para volver a la carga en
su intento de atraer el corazón de Agnes. No podía haber elegido peor momento.
Las alegrías de París, tan incomprensibles para ella como placenteras para los
que la rodeaban, habían conseguido deprimirla. Su salud era buena, y no había
nada de lo que pudiera quejarse. Participaba en todas las diversiones que el
más ingenioso y vividor de los pueblos ofrece a los extranjeros, pero nada
conseguía animarla; permanecía indiferente a todo y todo la aburría. En este
estado de ánimo, su predisposición a los galanteos de Henry era nula.
¿Por qué me haces
recordar todo lo que he sufrido? exclamó. ¿No sabes que me ha dejado huella
para toda la vida?
Creía conocer algo a las mujeres le confesó Henry a
lady Montbarry, buscando suconsuelo, pero Agnes me tiene completamente desorientado.
Hace un año que murió Montbarry, y le es tan fiel como si mi hermano hubiese
muerto asido a sus manos... ¡le siente aún como ni nosotros le sentimos
entonces! Es la mujer más fiel del mundo contestó lady Montbarry. Tenlo
presente y la comprenderás. ¿Crees que una mujer como ella puede conceder o
negar su amor según sean las circunstancias? Después de todo, y aunque no fuera
digno de ella, él era el hombre que Agnes había elegido. Fue su mejor y más
fiel amiga cuando estaba vivo, y continúa siendo la mejor y más fiel amiga de
su memoria. Si realmente la amas, ten paciencia. Confía en tus dos mejores
amigos: el tiempo y yo. Sal mañana para Venecia, y cuando te despidas, dirígete
a Agnes como si nada hubiese ocurrido.
Wilkie Collins (Inglaterra,1824-1889).
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