Hoy 23 de julio, aunque sólo sea de manera virtual, Mitos y reincidencias sopla dos velas en un pastel imaginario. Decía Greta Garbo, la divina, que no comprendía la necedad de festejar los cumpleaños pues equivale a celebrar que se envejece. Sin embargo, en esta ocasión, y a pesar de la vejez implícita en el discurrir del tiempo, lo que realmente importa es este par de años en que he tenido la oportunidad de escribir sobre literatura, reproducir poemas o párrafos de autores que me parecen interesantes, abundar lo más posible en las expresiones literarias sobre algún determinado tema, como lo he venido haciendo este último mes con respecto al solsticio de verano y ya lo he hecho con anterioridad en cuanto a la nieve, el fin del mundo o los eclipses, por mencionar sólo algunas entradas de las más visitadas por quienes se detienen a leerlo.
Inicié con el poema Ultimátum, que forma parte de Mitología del olvido, lo que me impulsó a reunir mis poemas en otro blog con ese nombre, y de manera gradual fui incorporando relatos con lecturas y experiencias propias, fragmentos de mis novelas y otros autores bajo la etiqueta de Páginas ajenas.
Cincuenta y seis mil visitas después, me encamino a un tercer año que ignoro hasta donde me llevará. Por lo pronto, no me resta más que agradecer su interés tanto a los visitantes de Mitos y reincidencias como a sus seguidores: Miguel A. Rivera -quien fue el primero en anotarse-, Marta Alicia Pereyra, Abigail Jiménez, Myriam Muñoz, Moira Finney, así como quienes firman con los seudónimos de eezv11 y plehbiac, mi buen amigo Rubén Nava y las entrañables Elvia y Clara Martha. Espero que mantengan su disposición para seguir acompañándonos en esta aventura cotidiana.
Jules Etienne
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