"... estábamos envueltos en un blanco vapor en donde los olivos color de bruma, que bajaban ante nuestras ventanas, hacia el valle, desaparecían..."
(Fragmento)
Había días de otoño en que todos los valles estaban llenos de neblina y las crestas de los Apeninos emergían, oscuras, de un liso largo blanco. Había días en que esa niebla invadía nuestras alturas y en que estábamos envueltos en un blando vapor en donde los olivos color de bruma, que bajaban ante nuestras ventanas, hacia el valle, desaparecían, fundidos, se diría, en su propia esencia; y las dos únicas cosas firmes y definidas del pequeño mundo vago en que estábamos confinados eran los dos altos cipreses negros que se elevaban sobre una pequeña terraza en saliente a unos cien pies cuesta abajo. Se levantaban negros, agudos y sólidos, gemelas columnas de Hércules en el confín del mundo conocido; y más allá sólo había nubes pálidas y alrededor nebulosos olivares.
Aldous Huxley (Inglaterra, 1894-1963).
(Traducido del inglés por Leonor de Acevedo).
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