"... y se detenía bajo la ventana del cuarto donde ella dormía, pensando si ella duerme también, si es que duerme."
Luz de agosto
(Párrafo del capítulo 5)
Pero la casa misma era invisible y negra. Ni la luz,
ni un ruido, mientras él se acerca- ba y se detenía bajo la ventana del cuarto
donde ella dormía, pensando si ella duerme también, si es que ella duerme. Las
puertas nunca estaban cerradas con llave; así que, a cualquier hora, entre la noche
y el alba, cuando el deseo le acuciase, podía entrar en la casa, subir a la
alcoba y, caminando con firmeza en las tinieblas, llegar hasta la cama. A veces
la encontraba despierta, y ella le llamaba por su nombre. Otras veces tenía que
despertarla con su mano dura y brusca y, a veces también, la
poseía dura, bruscamente, antes de que ella estuviese totalmente
despierta.
(Traducido al español por Enrique Sordo).
Mientras agonizo
(Párrafo del capítulo Dewey Dell)
En el tiempo en que dormía acompañada de Vardaman tuve
una vez una pesadilla, y creía que estaba despierta, pero que no podía ver ni
podía sentir la cama bajo mi cuerpo, y no podía distinguir qué cosa
era yo, no podía pensar cuál sería mi nombre y ni siquiera podía advertir si yo
era una chica, y ni pensar podía; ni siquie- ra sabía si tenía ganas de despertarme, y tampoco recordar lo
contrario de despertar, y lo único que llegaba a entender era que yo comprendía que algo estaba pasando, pero ni tan sólo podía pensar ni discurrir, y
entonces de repente supe que había algo, un viento que
soplaba sobre mí como si viniera tras de mí
a soplarme por detrás desde donde él estaba, y ya no soplaba en
la habitación, y Vardaman duerme que duerme, y todos los demás atrás, debajo de
mí, yéndose como una pieza de seda fría que se arras- traba por entre mis piernas
desnudas.
William Faulkner (Estados Unidos, 1897-1962).
Obtuvo el premio Nobel en 1949.
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