miércoles, 22 de agosto de 2018

Agosto: CORYDON, de André Gide

"Se trata en este caso de la mantis religiosa, que devora siempre a su esposo."

(Fragmento del diálogo segundo)
 
- iExtraña suposición!
 
- Bastaría quizás para corroborarla con comprobar que, en las especies de coito acrobático o peligroso, el elemento macho está en menor proporción. Ahora bien; ciertas palabras de Fabre me sobresaltan: «En la segunda quincena del mes de agosto es cuando empiezo a encontrarme al insecto adulto... Las hembras de vientre voluminoso son cada día más frecuentes. Sus endebles compañeros son, en cambio, bastante raros y me cuesta algunas veces bastante trabajo completar mis parejas.» Se trata en este caso de la mantis religiosa, que devora siempre a su esposo.
 
Esta escasez del elemento macho deja de parecer paradójica cuando la precisión del instinto la compensa. Puesto que el amante debe ser sacrificado por la hembra, importa mucho que el deseo que Ie precipita al coito sea imperioso y preciso; y en cuanto el deseo se precisa, el exceso de machos resulta inútil. Por el contrario, importa mucho que el número de machos aumente no bien el instinto disminuye; y el instinto disminuye en cuanto el peligro no acompaña a la voluptuosidad o, por lo menos en cuanto la voluptuosidad resulta fácil.
 
André Gide (Francia, 1869-1951).
Obtuvo el premio Nobel en 1947.
 
(Traducido al español por Julio Gómez de la Serna).

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