"... y me veo en el campo, en agosto, niño de ocho años, detrás de la casa del criado, a la sombra de un olivo..."
(Fragmento del tercer y último acto)
(Fragmento del tercer y último acto)
Verri: ¿Te da ansia?
Mommina: Tengo el corazón que me sube a la garganta.
Verri: ¡Ya lo creo! ¡La añoranza...!
Mommina: Tú quieres matarme...
Verri: ¿Yo? Tus hermanas, la que fuiste, tu pasado que te revuelve todo en tu interior, te hacen subir el corazón a la garganta.
Mommina (jadeante con las manos en el pecho): Por caridad... te lo suplico... ya no puedo ni respirar...
Verri: ¿Ves cómo es verdad, ves cómo es verdad lo que te digo?
Mommina: Ten compasión...
Verri: La que fuiste... los mismos pensamientos, los mismos sentimientos... los creías borrados, apagados, ¿no es verdad? ¡La más pequeña llamada...! ¡y ahí los tienes, en ti, vivos, los mismos!
Mommina: Los llamas tú...
Verri: No, cualquier cosa los llama,
porque siguen vivos... tú no lo sabes, pero viven dentro de ti, agazapados bajo
tu conciencia. ¡Toda la vida que has vivido, la tienes todavía viva dentro de
ti! Basta una palabra, un sonido... la más pequeña sensación... Mira lo que me
pasa a mí: el olor de la salvia... y me veo en el campo, en agosto, niño de
ocho años, detrás de la casa del criado, a la sombra de un gran olivo, asustado
por un gran abejorro azul, hosco, que zumba glotón dentro del cáliz blanco de
una flor; veo aquella flor violentada temblando sobre su tallo al choque de la
voracidad feroz de aquel bicho que me daba miedo; ¡y todavía tengo aquí aquel
miedo, en los riñones, lo tengo aquí...! ...No digamos, tú... toda aquella vida
tan buena, las cosas que ocurrían entre vosotras, muchachas, y todos aquellos
jóvenes por la casa, encerrados en esta o en la otra habitación... ¡no lo
niegues! He visto yo cosas..., aquella Nené, una vez, con Sarelli... Se creían
solos, y habían dejado la puerta entornada... pude verlos... Nené simuló que
huía por la otra puerta del fondo... había una cortina verde... salió, y reapareció
en seguida, entre las alas de aquella cortina... se había descubierto el pecho,
bajándose la malla de seda rosa... y con la mano hacía el ademán de ofrecérselo,
y lo escondía en seguida con la misma mano... lo he visto yo; un pecho maravilloso,
¿sabes? Pequeño; ¡cabría todo en una mano! Todo estaba permitido... Antes de
llegar yo, tú, con aquel Pomárici... ¡lo he sabido...! ¡Y antes de Pomárici,
sabe Dios con cuántos otros! Durante años, aquella vida, con la casa abierta a
todo el mundo... (Se le acerca, tembloroso, desfigurado.) Tú, algunas
cosas... conmigo por primera vez... Si verdaderamente, como me dijiste, las ignorabas
hasta entonces... no habrías podido hacerlas...
Luigi Pirandello (Italia, 1867-1936). Obtuvo el premio Nobel en 1934.
La ilustración corresponde a Michele di Mauro como Rico Verri y Tatiana Lepore como Mommina, en la puesta en escena de Esta noche se improvisa (Questa sera si recita a soggetto) dirigida por Virginio Liberti.
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