Un día de verano
(Fragmento)
Cogí los brazos de Jenny, le tapé la boca y me senté sobre su cuello. Les cogió un puñado de lodo y se lo tiró encima. El lodo le dio en el estómago e hizo un sonido como si golpeara el agua con una tabla de madera. Tiró otro puñado. Nos salpicó a todos. Mientras Les corría al arroyo a por más lodo, le di la vuelta a Jenny para que pudiéramos cubrirle la espalda. Ya no luchaba, pero yo tenía miedo de soltarle los brazos o de destaparle la boca. Cuando le di la vuelta se quedó quieta en el suelo. Ya ni siquiera daba patadas.
- Esto la enseñará -dijo Les regresando con las manos y los brazos llenos de lodo amarillo-. Hacía tiempo que lo merecía. Quizás esto haga que deje de ser una soplo- na.
Soltó la masa sobre su espalda y regresó a por más.
- Restriega el barro mientras voy a por más, Jack -dijo-. Es lo que necesita para que deje de tirar ramas secas al arroyo. Y tampoco irá a contar más mentiras sobre nosotros.
Con una mano empecé a restregarle el lodo por la espalda, las piernas, brazos y hombros. Traté de no ensuciarle el pelo porque sabía lo difícil que era de aclarar con el agua amarilla del arroyo.
- Dale la vuelta -dijo Les soltando una nueva carga de barro a nuestro lado-. Esto solo acaba de empezar.
Le di la vuelta a Jenny y ni siquiera trató de soltarse. Les había empezado a embadurnarla con el barro, frotándolo en su piel. Cogió un puñado y se lo restregó por las piernas, los muslos y el estómago. Entonces cogió otro puñado y se lo restregó por los hombros y los pechos. Jennyy lno intentó moverse aunque a veces se retorcía un poco cuando Les le restregaba la masa de hojas podridas y barro en las partes más blandas. La mayor parte del tiempo permanecía como si estuviera profunda- mente dormida.
- Qué raro -dije.
- ¿Qué es raro? -preguntó Les, mirándome.
- Ahora ni siquiera trata de soltarse.
- Esto es porque es muy astuta -dijo Les-. Solo está esperando que llegue una opor- tunidad de escaparse. Toma, deja que la sostenga yo un rato.
Les ocupó mi lugar y yo cogí un puñado de barro y empecé a embadurnarla. El lodo ya no era tan pegajoso y cuando lo restregaba sobre ella era resbaladizo y suave. Cuando movía mis manos sobre ella, pude notar que su piel era mucho más suave que la mía y que algunas partes eran muy tersas. Cuando le embadurné los pechos de barro, los noté tan suaves que tuve miedo de volver a tocarla ahí. Le miré a la cara y la vi como me miraba. Por la manera en que lo hacía, no pude evitar pensar que no estaba enfadada por cómo la estábamos tratando. Hasta llegué a pensar que si Les no hubiera estado ella me habría dejado embadurnarla todo el tiempo que quisiera.
- ¿Qué estás haciendo, Jack? -dijo Les-. Vaya manera de llenarla de barro.
- Ya la hemos cubierto suficiente, Les. No la llenemos más de barro. Dejemos que se vaya a casa. Ha tenido suficiente.
- ¿Qué te pasa? -dijo Les frunciendo el ceño-. Ni siquiera hemos acabado con ella. Vamos a ponerle otra capa de lodo.
Jenny miró a Les cuando dijo esas palabras y sus ojos se abrieron como platos. No tenía que hablar para que entendiera lo que quería decir.
- Es suficiente, Les -dije-. Es una muchacha. Es suficiente para una muchacha.
No sé, pero de alguna manera sentí que Les pensaba lo mismo, pero que no quería admitirlo. Ahora que la habíamos desnudado y llenado de barro, no podíamos olvidar que Jenny era una muchacha. La habíamos tratado como a un chico, pero seguía siendo una muchacha.
Cuatrero
(Párrafo final del capítulo 2)
Todo estaba en silencio en el granero y en la casa. Era más o menos la hora en que Lud se va a dormir. Me dirigí a la puerta del granero, como hacía todos los jueves por la noche. Pude ver una luz en el dormitorio de Naomi, donde dormía con su hermana mayor, Mary Lee. Siempre confiábamos en que Mary Lee saliera con alguien o se fuera a dormir antes de las nueve y media. Cuando volví a mirar hacia la ventana pude ver a Naomi estirada en su cama y a Mary Lee de pie junto a su cama diciéndole algo. Eso tenía mal aspecto, porque cuando Mary Lee trataba de hacer que Naomi se desnudara y metiera en la cama antes que ella, eso significaba que Naomi tardaría una hora o más en salir de su habitación, porque tendría que esperar a que Mary Lee se durmiera antes de poder salir. Había que esperar a que Mary Lee se durmiera, luego se tenía que levantar y vestir en la oscuridad antes de poder bajar al patio delantero y encontrarse conmigo junto al columpio que había bajo los árboles.
Erskine Caldwell (Estados Unidos, 1903-1987).
(Traducido al español por Rebeca Bouvier).
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