jueves, 11 de abril de 2024

Mirándolas dormir: NUESTRO PUEBLO, de Thornton Wilder

"Señora Webb: No se ha despertado todavía. Aún no ha emitido donido alguno. George: ¡Emily dormida!"

(
Fragmento del segundo acto)

Sra. Webb: ¡Dios mío! Me asustaste. Bueno, George, puedes estar aquí un momento bajo techo, pero sabes que no puedo pedirte que entres.

George: ¿Por qué no?

Sra. Webb: George, tú sabes tan bien como yo… el novio no debe ver a la novia el día de la boda hasta la hora de la ceremonia.

George: Ah... Eso no es más que una superstición. Buenos días, Sr. Webb. (Entra el Sr. Webb).

Sr. Webb: Buenos días, George.

George: Sr. Webb, ¿usted no cree en esa superstición, verdad?

Sr. Webb: Millones han respetado esa superstición, y tú no querrás ser el primero en violar la costumbre.

George: ¿Cómo está Emily?

Sra. Webb: No se ha despertado todavía. Aún no ha emitido sonido alguno.

George: ¡Emily dormida!

Sra. Webb: ¡No en balde! Estuvimos despiertas hasta las tantas, cosiendo y empacando. Ahora te diré lo que voy a hacer. Quédate aquí un momento con Webb y tómate esta taza de café; yo voy arriba para vigilar que ella no baje y te sorprenda aquí. Hay también tocino, pero no te demores mucho. (La Sra. Webb sale. Silencio embarazoso. El Sr. Webb moja roscas en el café. Más silencio).

Sr. Webb (Abruptamente y muy alto): Bueno, George, ¿cómo te sientes?

George (Paralizado, atragantado con el café) Muy bien, muy bien. (Pausa.Señor Webb, ¿qué sentido común puede haber en semejante superstición?

Sr. Webb: Bueno... mira, la mañana de su boda, la novia sólo está pensando en la... ropa y cosas por el estilo… ¿No te parece que probablemente sea por eso?

George: Sí... no lo había pensado antes.

Sr. Webb: Una muchacha es susceptible de estar un poco nerviosa el día de su boda. (Pausa)

George: Ojalá que un hombre pudiera casarse sin todos esos ajetreos.

Sr. Webb: Los hombres siempre se sienten así cuando se casan, George, pero no les ha servido de nada. Las mujeres son las que han inventado las bodas, hijo. Durante un rato las mujeres se lo cogen todo para ellas. Un hombre resulta muy poquita cosa en una boda, George. Todas esas buenas mujeres cierran filas para asegurarse que el enlace sea del modo más público posible.

Thornton Wilder
(Estados Unidos, 1897-1975).

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