sábado, 30 de marzo de 2024

Mirándolas dormir: MELUSINA Y EL ESPEJO, de José Bergamín

"Entra Melusina, como cansada disponiéndose a desnudarse ante el espejo."

(
Fragmento del primer acto)

Escena IV (Tocador de Melusina. Igual que en le escena segunda, Arlequín con los ojos vendados, sosteniendo juntos los tres pedazos del espejo roto. Polichinela al lado. Es de noche. Entra Melusina, como cansada disponiéndose a desnudarse ante el espejo. Música como en la escena segunda).

Arlequín (Dice mientras Melusina se va desnudando, quedándose, al final, dormida):

Pusiste en mí tu amor cuando pusiste
tu vida en la mudanza de los vientos;
y tu alma en los mudables pensamientos
de alegres ilusiones que perdiste.
Vuelves de nuevo a mí los ojos, triste
de habérmelos quitado tan violentos,
mirando tus pasados sentimientos
que, deshechos, en lágrimas volviste.
No sabes si son tuyos o son míos
estos breves reflejos en pedazos,
estas prendas de amor, estos despojos;
pues para tan perdidos desvaríos
tiendes en vano con afán tus brazos,
vierten en vano lágrimas tus ojos.

(Vuelve el canto con la música dentro).
Canto:

Aunque a la desdicha tuya
ser dicha no le convenga,
no hay mal que por bien no venga
ni bien que por mal no huya.

Mira, Melusina bella
que una sola sombra son,
con tres nombres de ilusión,
Clavel, Maravilla, Estrella.
No persigas en su huella
la razón que las detenga:
que no hay amor que no tenga
sombra que ahuyente la suya,
aunque a la desdicha tuya
decirlo no le convenga.
Fantasma que nace y muere
en el cristal de un espejo,
no es amor, es un reflejo
con el que el amor te hiere.
Si tu desdicha prefiere
ser dicha para ser tuya,
desdiciéndose de suya
porque tu amor la mantenga:
no hay mal que por bien no venga
ni bien que por mal no huya.


(Melusina queda como desmayada, a medio desnudar, dormida; sigue la música mientras hablan Arlequín y Polichinela).

Arlequín (Quitándose la venda de los ojos): Es la primera vez que una mujer engaña a un espejo.

Diablo: Y la primera vez que un espejo engaña al diablo.

Arlequín: ¿Y podrás saber tú, que eres un pobre diablo, en qué sueña, en qué piensa, qué quiere Melusina?

Diablo: Lo que una mujer sueña o no sueña, piensa o no piensa, quiere o no quiere, ¡eso no hay diablo que lo sepa!

Mutación

José Bergamín (España, 1895-1983).

Melusina y el espejo lleva el subtítulo de Una mujer con tres almas y porqué tiene cuernos el diablo.

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