"Se oscurece la escena y del techo, como una lluvia de estrellas, caen los chispazos de un corto circuito."
(Fragmentos del primer acto)
Palma: Se llamaba ...
se llama José.
Alameda: ¡José!
¡Válgame Dios, con los Josés que hay por el mundo!
Palma: Sus compañeros
le decían Tampico.
Alameda: A todos los
marineros los llaman por el puerto de origen. Si se enrolan en La Habana,
durante todo el vieja los llaman «Habana», aunque sean de la Patagonia.
Palma: Este es
mexicano. Así me lo dijo. Además tiene… tenía acento... ¿Vivieron ustedes
durante mucho tiempo en la calle Damas?
Alameda: En Damas y
Desamparados. En los altos estaba la posada del chino Luis. Nena me estuvo
hablando de las canciones.
Caridad: Fue un buen
tiempo aquél, ¿eh, Alameda?
Alameda: Como que
éramos jóvenes. Hemos estado ensayando.
(...)
Palma: Me ha ratificado
el informe: en el último viaje del «Red Bay» no se encontraba a bordo ningún
tripulante de nacionalidad mexicana, ningún José, nadie a quien llamaran «Tampico».
El informe de la compañía consignataria también ha sido ratificado: seis meses
antes del torpedeamiento, se desenroló en La Habana un tal José Urquiza,
mexicano, natural de Tampico, de treinta y cinco años de edad. También me
ratificaron del Control de Pasajeros que nadie de esas señas ha salido del
territorio nacional. ¡Está aquí! ¡Cerca de mí! ¡Cuántas veces habré cruzado a
dos pasos de él, en la calle! ¡Tengo que encontrarlo, Nena! Ayúdeme
usted, que es hábil y tenaz.
Nena: Calma. Ya
veremos. Por ahora tenemos al chino... Si el chino no recuerda...
Palma: Tiene que
recordar, estoy segura. Eran íntimos amigos. Aparte de que aquella noche
ocurrieron cosas extraordinarias.
(...)
(Todos atónitos
miran hacia la puerta, menos Robert que sigue atendiendo las luces. Entra José
el Mexicano. Viste rudo pantalón de marino y la peculiar camiseta a rayas de
manga corta.)
José: Vengo de Belén.
Me dijeron que en esta casa alguien me buscaba.
Palma (En voz baja):
Es él. Su misma voz.
Robert (Al
electricista): Haga la conexión triple… Así no así no…
Sergio (A José):
Es cierto. Me han dicho que su
nombre es…
José: Me llaman José el
Mexicano. Soy natural de Tampico.
Sergio: Alguien lo
busca, en efecto. Esta señora. ¿La conoce?
Robert (Al
electricista): ¡Bruto! ¡Bruto! (Corren los electricistas por la
escena). Haga lo que le digo ... ¡Conecte ahora! (El mismo
juego de luz anterior. Vuelve a quedar la escena en rojo).
Sergio (A José): ¿La
conoce?
José (Mirando a Palma
fijamente): Trato de recordar…
Sergio: Es extraño.
Aquí está su amigo Luis.
Chino: Capitán no es
amigo de este señor.
José (Extrañado): No lo
conozco.
Robert (A los
electricistas): ¡Brutos! ¡Brutos!
(El mismo juego de sucesión de luces de
diversos colores. Corren los electricistas. Confusión. Se oscurece la
escena y del techo, como una lluvia de estrellas, caen los chispazos de
un corto circuito. Oscuridad total).
Robert (Corriendo y
fritando): ¡Desconecte! !Desconecte! ¡Un fusible!
Silencio. Se
ilumina el teatro. Y habrá caído el
Telón
Carlos Felipe Hernández (Cuba, 1914-1975).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario