miércoles, 22 de marzo de 2023

Conejos: CUENTOS DEL HOGAR, de Antonio de Trueba

"¡El diablo tiene cara de conejo!"

(
Fragmento de La viña mágica, capítulo VII)

De manera que así se las componían del mejor modo posible los pobres muchachos; pero así y todo estaban cada vez más quemados, porque le doy yo al más pintado eso de estar dos muchachos derritiéndose de amor uno por otro, y tener que verse sólo desde lejos, y tener que hablarse sólo por telégrafo. Luego pensaban que si no se habían de casar hasta que la cosecha de vino de Allende igualase a la de Aquende, la cosa iba larga, porque, aun hechas las viñas, no comienza a dar fruto, hasta los tres años. ¡Más de tres años haciendo telégrafos! ¡El diablo tiene cara de conejo!

(Rebañaplatos, fragmento inicial del primer capítulo)

Tomillarejo y Retamarejo son dos pueblecillos de la Alcarria que, como quien dice, se dan la mano, y siempre tendrá cada uno sus cincuenta vecinos.

Aunque en los nombres de Tomillarejo y Retamarejo haya alguna semejanza, no sucede así en el carácter de sus habitantes, porque todo lo que tienen de sencillotes y a la buena de Dios los de Tomillarejo, tienen los de Retamarejo de maliciosos y otras cosas que me callo, porque no he de ser yo tan murmurador y burlón como ellos.

Andando por aquella comarca a caza, no de liebres ni conejos ni perdices, que sólo cazo en el plato cuando se me ponen a tiro, sino a caza de curiosidades populares, que son mi encanto, descubrí ambos pueblecillos desde un altillo que hacía la carretera, y me parecieron tan pintorescos, tan floridos y tan aromosos, que me decidí a pasar un par de días en cualquiera de ellos.

Antonio de Trueba y de la Quintana, Antón el de los Cantares
(España, 1819-1889).

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