lunes, 26 de septiembre de 2022

Septiembre: LAS CÁRCELES DEL ALMA, de Lajos Zilahy

"... se escuchaban los lamentos de un tarogato que parecía cantar un adiós al verano."

(Fragmento inicial)

Era un día de septiembre; las siete de la tarde. Desde las colinas de Buda, se oían los lamentos de un tarogato que parecía cantar un adiós al verano.

En la esquina, apoyado en un bastón, un joven escuchaba aquella lejana música, fumando un cigarrillo. Ahora que ya estaba a dos pasos de la casa del doctor que le había invitado a tomar el té, no tenía la menor gana de subir, ni de mezclarse con tantas personas desconocidas a las que no sabría qué decir. Las relaciones que surgen en estas ocasiones sólo sirven para que cuando, dos semanas más tarde, se tropieza con una de ellas en el tranvía, no se sepa qué hacer: ¿debemos saludar o no a esa señora del sombrerito de terciopelo, que ocupa el asiento de enfrente, y a quien sólo entrevimos fugazmente en un té? No saludarla estaría mal, pero saludarla aún peor, pues estos encuentros nos obligan a conversaciones más que embarazosas.

El joven continuaba escuchando la armoniosa melodía del tarogato y le parecía bas- tante más grato pasar aquel delicioso crepúsculo de septiembre paseándose por las tranquilas y silenciosas callejuelas de Buda.

Lajos Zilahy
(Húngaro nacido en Rumania y fallecido en Serbia, 1891-1974).

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