miércoles, 3 de enero de 2024

Año nuevo: LA PRIMERA HERIDA, de F. Scott Fitzgerald

"El día siguiente a la fiesta de Año Nuevo se puso su nuevo traje de viaje y su nuevo abrigo de pieles..."

(Fragmento)

Para Josephine fue una época difícil. Se dio cuenta de lo cerca que había estado del desastre, y, con respeto incondicional y obediencia absoluta, trató de resarcir a sus padres por los problemas que, sin querer, había causado. En un principio decidió no ir a los bailes de Navidad, pero la convenció de lo contrario su madre: esperaba que su hija se distrajera con los chicos y chicas que volvían de vacaciones a casa. La señora Perry la llevaría al Este a principios de enero, al colegio Breerly, y, comprando ropa y uniformes, madre e hija pasaron muchas horas juntas, y la señora Perry estaba en- cantada con la madurez y el nuevo sentido de la responsabilidad que demostraba Josephine.
 
Y, a decir verdad, la nueva actitud de Josephine era sincera, y sólo una vez Jose- phine hizo algo que no hubiera podido contar en público. El día siguiente a la fiesta de Año Nuevo se puso su nuevo traje de viaje y su nuevo abrigo de pieles, salió de su casa por la acostumbrada puerta trasera y se subió al coche de Ed Bement. En el centro de la ciudad dejó a Ed esperándola en una esquina y entró en la heladería que había frente a la antigua Estación de la Unión, en la calle de LaSalle. Un individuo con un rictus de infelicidad y una mirada de perplejidad y desesperación la estaba esperando.
 
Francis Scott Fitzgerald (Estados Unidos, 1896-1940).
 
(Traducido al español por Justo Navarro).

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