jueves, 19 de julio de 2018

Solsticio: LOS CONSTRUCTORES DEL PUENTE, de Rudyard Kipling

"... el río se elevó de una manera corpórea, como una serpiente cuando bebe en el solsticio de verano."

(Fragmento)
 
Pero Madre Gunga no lucharía tal como Peroo deseaba. Tras la primera embestida corriente abajo, ya no hubo más murallas de agua, sino que el río se elevó de una manera corpórea, como una serpiente cuando bebe en el solsticio de verano, pellizcando y tocando los muros de contención, y remansándose detrás de los pilares hasta que incluso Findlayson empezó a calcular de nuevo la resistencia de su obra. Cuando llegó el día, el pueblo se quedó con la boca abierta.
 
- ¡Anoche mismo era como una ciudad en el lecho del río! -se decían los hombres unos a otros-. ¡Y mira ahora!

Y miraban y volvían a maravillarse de las aguas profundas, las aguas presurosas que lamían la garganta de los pilares. La otra orilla estaba velada por la lluvia, en la que el puente se introducía y luego desaparecía; corriente arriba, de los espolones sólo se veían los remolinos y la espuma, y corriente abajo el río enjaulado, liberado ya de sus guías, se extendía como un mar hasta el horizonte. Por él bajaban presurosos y juntos, dando vueltas en el agua, cadáveres de hombres y bueyes, y aquí y allá se veía un pedazo de techo de albarda que desaparecía al tocar un pilar.
 
- Gran inundación -dijo Peroo, y Findlayson asintió.

 
Rudyard Kipling (Británico nacido en la India; 1865-1936). Obtuvo el premio Nobel en 1907.

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