lunes, 9 de julio de 2018

Noche de San Juan: PISANDO LOS TALONES, de Henning Mankell

"... precisamente la noche de San Juan, el sol se había decidido a salir."

(Fragmento del prólogo)

En cuanto dio con el lugar que habían elegido para su particular fiesta de la noche de San Juan, comprendió que se trataba de un rincón ideal. Se hallaba situado en una hondonada, rodeada de espesos matojos y, algo más retirados, algunos arbustos.
 
No podían haber escogido un lugar mejor. Ni para sus propios fines, ni para los de él.
 
Ya se estaban dispersando las nubes y, tan pronto como salió el sol, subió la temperatura.
 
Aquel mes de junio había resultado bastante frío en Escania. Todas las personas con las que había hablado de eso se habían quejado de lo frías que habían sido aquellas primeras semanas de verano. Y él se había mostrado de acuerdo.
 
Él siempre se mostraba de acuerdo. De hecho, solía decirse que ésa era la única manera de escabullirse, de evitar cuantos inconvenientes se presentasen en su camino.
 
Era un arte que había aprendido a dominar. El arte de mostrarse de acuerdo.
 
Contempló el cielo y comprobó que no amenazaba lluvia. La primavera y el inicio del verano se habían presentado realmente fríos, pero ahora que empezaba a anochecer, precisamente la noche de San Juan, el sol se había decidido a salir.
 
«Será una noche muy hermosa», se dijo, «además de memorable».
 
 
Henning Mankell (Suecia, 1948-2015).
 
La ilustración corresponde al parque nacional Söderåsen en la provincia de Escania (Skåne), al sur de Suecia.

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