"Contempló la ordenada disposición de los vasos y copas, como pompas de jabón..."
(Fragmento del capítulo La fiesta de Elfrida)
Oscar
fue el primero en salir. Cerró la puerta del cuarto de baño y, deteniéndose por
un momento, saboreó a solas la transformación navideña de su casa, lista para
la afluencia de invitados. Contempló la ordenada disposición de los vasos y
copas, como pompas de jabón, los colores verde y oro de las botellas de
champán, enterradas en el hielo del cubilete, el hilo blanco y almidonado de
servilletas y mantel. La cortina echada del descansillo dejaba fuera la noche,
y enredadas a la barandilla, en los cuatro tramos de escalera, había oscuras
trenzas de hojas verdes, ramas de acebo con bayas rojas y vivas luces. Hay que
ver, pensó con ironía, en qué ha acabado el parco y lúgubre solsticio de
invierno (que era lo único que había prometido a Elfrida). Y se dijo que la
antigua casa del administrador, normalmente tan escueta y austera pero ahora
engalanada y vestida de tiros largos, era en cierto modo como una tía anciana y
mojigata pero muy querida, que se había puesto sus mejores galas y joyas para
una ocasión especial y finalmente no había quedado del todo fea.
Rosamunde Pilcher (Inglaterra, 1924-2019).
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