viernes, 29 de septiembre de 2017

Eclipse: SALAMBÓ, de Gustave Flaubert

"En una ocasión, con motivo de un eclipse, estuvo a punto de morir."

(Fragmento del capítulo 3: Salambó)

Su padre no había querido que ella entrase en el colegio de las sacerdotisas y mucho menos que conociese los ritos de la Tanit popular. La reservaba para algún enlace que pudiera servir a su política; de modo que Salambó vivía sola, en medio de aquel palacio, pues su madre había muerto hacía ya mucho tiempo.
 
Se había criado entre abstinencias, ayunos y purificaciones, rodeada siempre de cosas exquisitas y graves, saturado el cuerpo de perfumes, el alma llena de oraciones. Jamás había probado el vino, ni comido carne, ni tocado a bestia inmunda, ni puesto los pies en casa de ningún muerto.
 
Ignoraba los ritos obscenos, pues manifestándose cada dios en formas diferentes, cultos a menudo contradictorios atestiguaban a la vez el mismo principio, y Salambó adoraba a la diosa en su manifestación sideral. La influencia de la luna gravitaba así sobre la virgen: cuando el astro iba menguando, Salambó se debilitaba. Lánguida durante todo el día, se reanimaba por la noche. En una ocasión, con motivo de un eclipse, estuvo a punto de morir.
 
Gustave Flaubert (Francia, 1821-1880).
 
La ilustración corresponde a un eclipse en la adaptación de la novela como historieta, por Philippe Druillet.

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