Hay una ciudad gloriosa en el mar.
El mar a todo lo ancho, en las calles estrechas,
con su flujo y reflujo; y el alga marina salada
adherida al mármol de sus palacios.
Sin rastro de hombres, sin pasos de un lado a otro,
conduce a sus puertas. El camino está sobre el mar,
invisible; y de la tierra fuimos,
como a una ciudad flotante -dirigiéndonos hacia ella,
y deslizándonos sobre sus calles como en un sueño,
tan suave, silenciosamente -entre muchas cúpulas,
como mezquitas, y muchos pórticos majestuosos,
las estatuas alineadas a lo largo de un cielo azul...
(There is a glorious City in the Sea.
The Sea is in the broad, the narrow streets,
Ebbing and flowing; and the salt sea-weed
Clings to the marble of her palaces.
No track of men, no footsteps to and fro,
Lead to her gates. The path lies o'er the Sea.
Invisible; and from the land we went,
As to a floating City -steering in,
And gliding up her streets as in a dream,
So smoothly, silently -by many a dome,
Mosque-like, and many a stately portico,
The statues ranged along an azure sky...)
Samuel Rogers (Inglaterra, 1763-1855).
(Traducido del inglés por Jules Etienne).
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