martes, 1 de junio de 2021

Venecia: LA MIRADA DE WILLIAM SHAKESPEARE


Tanto expertos en la obra de Shakespeare como sus biógrafos ponen en duda la posibilidad de que hubiese visitado Italia, donde transcurre la acción de una buena parte de sus dramas. El aspecto económico sería señalado como el principal motivo. De acuerdo con Fynes Moryson -en 1593-, un viaje por Europa durante la época isabelina debía costar entre 50 y 60 libras esterlinas. El pago por cada obra teatral lo estableció la propia reina en 6£, de tal manera que habría sido bastante complicado viajar con base en dicho ingreso. Sin embargo, Carol Rutter de la universidad de Warwick, cita varias obras de aquella época que Shakespeare bien pudo haber leído para documentarse, como sería el caso de los escritos de Gasparo Contarino sobre la república veneciana que fueron traducidos al inglés en 1543; años después John Florio publicó el primer diccionario italiano-inglés y Cesare Vecellio una obra ilustrada sobre la sociedad veneciana y sus costumbres, incluyendo los tipos de vestuario. Si a eso le añadimos el hecho de que una pieza escénica no demanda la misma minuciosidad descriptiva que una novela, resulta factible un cierto grado de verosi- militud para escribir sobre Venecia sin haberla visitado.

Por otra parte, así como abrevó en el relato Julieta y Romeo, de Luigi da Porto, para escribir el clásico romántico de todos los tiempos, se inspiró a su vez en El moro de Venecia, de Giambattista Giraldi Cinthio o Cinzio, para escribir la tragedia de Otelo.

Su obra más representativa sería El mercader de Venecia, debido a que se establece desde el título mismo. Al final de la escena con que da principio el acto tercero, tiene lugar este diálogo entre Shylock y Tubal, en que se refiere la ruina de Antonio, quien esperaba la llegada de varios barcos procedentes de Trípoli, la India, Inglaterra, Lisboa y México, pero todos naufragaron.
 
Tubal: Han venido en mi compañía, camino de Venecia, diversos acreedores de Antonio, que juraban que no podría evitar la bancarrota.

Shylock: Me alegro mucho de eso; le haré padecer, le torturaré. Estoy gozoso.

Tubal: Uno de estos acreedores me ha enseñado un anillo que había recibido de vuestra hija a cambio de un mono.

Shylock:¡Maldita sea! Me atormentas, Tubal. Era mi turquesa. La adquirí de Leah cuando era muchacho; no la habría dado por todo un desierto lleno de monos.

Tubal: Pero Antonio está ciertamente arruinado.

Shylock: Sí, sí, es verdad; es muy cierto. Anda, Tubal; tenme a sueldo un corchete; prevenle con quince días de anticipación. Si no está puntual en el día fijado, quiero tener su corazón; porque, una vez fuera de Venecia, podré hacer todo el negocio que se me antoje. Anda, Tubal, y ven a reunirte conmigo en nuestra sinagoga; anda, mi buen Tubal; a nuestra sinagoga, Tubal.

(Ambos salen).
 
En cuanto a Otelo, la llamada tragedia del pañuelo que, como ya hemos visto, se le conoce con el subtítulo El moro de Venecia, todo el primer acto acontece en dicha ciudad, el resto en la isla de Chipre. "Estamos en Venecia. Mi casa no es una granja en pleno campo", le responde Brabancio a Rodrigo. Es durante el tercer acto cuando Yago comienza a infundir los celos en Otelo: "Conozco bien el carácter de nuestro país: en Venecia las mujeres dejan ver al cielo las tretas que no se atreven a mostrar a sus maridos. Toda su conciencia estriba, no en no hacer, sino en tener oculto."
 
Por último, en la segunda escena del acto cuarto en Trabajos de amor perdidos, (Love’s Labour’s Losttiene lugar este parlamento de Holofernes en el que, haciendo gala de pedantería, alude a Venecia:
 
¡Ah, buen viejo mantuano! De ti puedo decir lo que el viajero de Venecia:
                 - Venetia, Venetia,  Chi non te vede, non te pretia.
¡Viejo mantuano! ¡Viejo mantuano! Quien no te comprende no te ama. Ut, re, sol, la, mi, fa. Con perdón, señor, ¿qué contiene esta carta; o más bien, como dice Horacio en su... ¡Cómo! ¡Por mi alma! ¿Versos?

No sólo Venecia corrobora y destaca la presencia de Italia en el teatro de William Shakespeare, Romeo y Julieta acontece en Verona los mismo que Los dos hidal- gos de Verona; por su parte, La fierecilla domada tiene lugar en Padua, mientras que Cimbelino desarrolla su acción en Bretaña e Italia y La comedia de equi- vocaciones entre Éfeso y Siracusa, en Sicilia. El contexto histórico tanto de Julio César como de Antonio y Cleopatra, es el imperio romano. Es evidente la preferen- cia del dramaturgo inglés por escenarios en la península itálica y, por lo mismo, habría sido imposible que ignorara el trazo del imponente estilo veneciano.

Jules Etienne

La ilustración corresponde a Otelo y Desdémona (acto V escena II), de Antonio Muñoz Degrain.

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