lunes, 22 de abril de 2024

Mirándolas dormir: TENER Y NO TENER, de Ernest Hemingway

"Estaba dormida. ¿Te acuerdas cuando lo hacíamos dormidos?"

Tercera parte; Harry Morgan: invierno.

(Fragmento del capítulo IV)

- ¿En qué lancha?
- Tengo la mía otra vez.
- ¿Desde cuándo?
- Desde esta noche.
- Irás a la cárcel, Harry.
- Nadie sabe que la tengo.
- ¿Dónde está?
- Escondida.
Tendido en la cama sintió en la cara los labios de ella, que lo buscaban, y la caricia de su mano. Se arrimó.
- ¿Quieres?
- Sí. Ahora.
- Estaba dormida. ¿Te acuerdas cuando lo hacíamos dormidos?
- Dime, ¿no te repugna mi brazo? ¿No hace una impresión rara?
- No seas tonto. Me gusta. Me gusta todo lo tuyo. Ponlo aquí. Me gusta. Anda.
- Parece una aleta sobre una tortuga marina.
- Tú no eres una tortuga marina. ¿Ahora también son así? ¿Están tres días jodiendo?
- Claro que sí. Cállate. Vamos a despertar a las niñas.
- No saben lo que tengo. Nunca sabrán lo que tengo. Ay, Harry. Así. ¡Querido!
- Espera.
- No quiero esperar. Vamos. Así. Ahí. ¿Lo has hecho alguna vez con alguna negra?
- Claro que sí.
- ¿Cómo son?
- Como tiburones.
- ¡Qué cosas dices, Harry! Ojalá no tuvieras que irte. Ojalá no tuvieras que irte nunca. ¿Con quién te ha gustado más?
- Contigo.
- Mentira. Siempre me estás diciendo mentiras.
- No. Tú eres la mejor.

"La hija sueña con su novio que llega mañana en avión..."

(Fragmento del capítulo XVI)

Un poco más lejos, en otro yate, duerme una familia agradable, gris y decente. El padre tiene la conciencia tranquila y duerme profundamente de costado. Sobre su cabeza hay un cuadro con un velero que huye ante la tempestad. La luz de leer está encendida. Al pie de la cama hay un libro caído. La madre duerme bien y sueña con su jardín. Tiene cincuenta años, pero es hermosa, está sana y bien conservada y es atractiva hasta dormida. La hija sueña con su novio que llega mañana en avión, y se agita, y se ríe de algo, y sin despertarse levanta las rodillas casi hasta la barbilla, y se encoge como un gato, tiene el cabello rizado y una cara linda con un cutis muy terso, y dormida tiene la misma cara que su madre de chica.

Ernest Hemingway
(Estados Unidos, 1899-1961). Obtuvo el premio Nobel en 1954.

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