sábado, 6 de enero de 2024

Mirándolas dormir: LAS MIL Y UNA NOCHES (de la noche 930)

"¡Ojalá nunca el mundo se vea privado de tu vista y de tus perfecciones!"

(
Fragmento de la nonacentésima trigésima noche)

Y he aquí que, al cabo de una hora, el jeque bailarín dejó de bailar, se acercó a Tohfa, y besó la tierra entre sus manos, diciendo: «Lo has hecho muy bien, ¡oh la más exaltada de Oriente y de Occidente! ¡Ojalá nunca el mundo se vea privado de tu vista y de tus perfecciones! ¡Oh Tohfa! ¡oh Obra Maestra de los Corazones! ¿no me conoces?» Y exclamó ella: «¡No, por Alá, no te conozco! Pero me parece que eres un genni del país de Gennistán. ¡Alejado sea el Maligno!»

Y contestó él, sonriendo: «Verdad dices, ¡oh Tohfa! Soy el jefe de todas las tribus del Gennistán, ¡soy Eblis!»

Y Tohfa exclamó: «¡El nombre de Alá sobre mí y alrededor de mí! ¡Me refugio en Alá!»


Eblis le cogió la mano, la besó y se la llevó a los labios y a la frente, y 
dijo: «No temas nada, ¡oh Tohfa! porque desde hace mucho tiempo, eres mi protegida y la bienamada de la joven reina de los genn, Kamariya, que es en cuanto a belleza entre las hijas de los genn lo que tú misma eres entre las hijas de Adán. Sabe, en efecto, que desde hace mucho tiempo vengo con ella a visitarte todas las noches sin que tú lo sospeches y a admirarte sin que lo sepas. Porque nuestra encantadora reina Kamariya está enamorada de ti hasta la locura y no jura más que por tu nombre y por tus ojos. Y cuando viene aquí y te ve mientras estás dormida, se derrite de deseo y se muere por tu belleza.


el tiempo transcurre para ella lánguidamente, excepto por la noche cuando viene en busca tuya y disfruta de tu contemplación sin que tú la veas. Vengo, pues, a ti en calidad de mensajero a contarte sus penas y la languidez que la invade lejos de ti, y a decirte de su parte y de mi parte que, si quieres, te conduciré al Gennistán, en donde se te elevará a la categoría más alta entre los reyes de los genn. Y gobernarás nuestros corazones, como aquí gobiernas los corazones de los hijos de los hombres. Y he aquí que hoy las circunstancias se prestan maravillosamente a tu viaje. Porque vamos a celebrar las bodas de mi hija y la circuncisión de mi hijo. Y la fiesta se iluminará con tu presencia; y los genn se conmoverán con tu llegada, y te querrán todos para reina suya. Y residirás entre nosotros mientras quieras. Y si no te gusta el Gennistán y no te amoldas a nuestra vida, que es una vida de continuos festejos, aquí hago ahora juramento de traerte al sitio de donde te saque, sin insistencias ni difi- cultades».
Anónimo
(La recopilación Alf Layla, que en árabe significa mil noches, tufo lugar alrededor del año 850).

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