sábado, 9 de marzo de 2024

Mirándolas dormir: MUJERES ENAMORADAS, de D. H. Lawrence

"Minette seguía dormida, infantil y patéticamente (...) La miró de nuevo. Pero sería demasiado cruel despertarla."

(
Fragmento del capítulo 7: Tótem)

Gerald se despertó tarde por la mañana. Había dormido profundamente. Minette seguía dormida, infantil y patéticamente. Había algo pequeño, contraído e indefenso en ella que despertaba una llama de pasión insatisfecha en la sangre del joven, una piedad árida, devoradora. La miró de nuevo. Pero sería demasiado cruel despertarla. Se reprimió y salió del cuarto.

(Descripción del personaje de Minette en el capítulo previo)

Gerald la contempló comiendo las ostras. Era delicada y educada en su modo de comer; sus dedos eran bellos y parecían muy sensibles en las yemas, por lo cual separaba su comida con movimientos bellos y pequeños; comía cuidadosa, delicadamente. Le gustaba mucho verla e irritaba a Birkin. Estaban todos bebiendo champagne. Maxim, el ruso joven y peripuesto con el rostro suave, de color pálido, y el pelo negro aceitado era el único que parecía perfectamente tranquilo y sobrio. Birkin parecía blanco y abstracto, artificial. Gerald estaba sonriendo con una luz fría, brillante y divertida en sus ojos, inclinándose algo protectoramente hacia Minette, que era muy bonita y suave, abierta como alguna hermosa flor del norte en pavorosa desnudez de florecimiento, entregada ahora a la vanagloria, arrebatada con el vino y la excitación de los hombres. Halliday parecía atontado. Un vaso de vino bastó para ponerle borracho y risueño. Sin embargo, había siempre una ingenuidad agradable y cálida a su alrededor que le hacía atractivo.

David Herbert Lawrence
(Inglés fallecido en Francia, 1885-1930).

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