sábado, 15 de abril de 2023

Tampico: EL RÍO BRAVO DEL NORTE, de Manuel Payno

"Tampico es la Venecia de México, porque casi por todas partes está rodeada de agua."

(Fragmento de Un asesinato)

Siguiendo toda la costa, va uno a encontrarse con Tampico. Eso es otra cosa: Tampico era en el año de 29 un rancho despoblado; pero hoy, como por encanto ha brotado una ciudad, moderna, linda, por la construcción de sus edificios, por un río ancho, hermoso y no tan solitario como el Bravo. Tampico es la Venecia de México, porque casi por todas partes está rodeada de agua; porque multitud de barcos la visitan, y porque no es extraño oír al pie de una ventana con cortinajes de seda y tisú, los conciertos de una orquesta. Estos alemanes aun retirados de las orillas de su caudaloso Rhin, han de tocar las armonías de Mayerbeer y Mozart. Digo esto, para que se cercioren los lectores que estos conciertos de que hablo, no son obra de genios invisibles, sino de alemanes rollizos y colorados, que tan bien tocan unas variaciones en el violín, como apuran una botella de southern o champaña. Tampico, pues, es un puerto visitado por los hermosos paquetes franceses, por los correos mensuales ingleses, por los vapores de la línea, y por buques de casi todos los puertos de la Europa. La aduana, bien o mal administrada, según las épocas y personas, nunca ha dejado de dar al gobierno general un año con otro, dos millones y medio de pesos.

Manuel Payno (México, 1810-1894).

La ilustración corresponde al embarcadero del río Tamesí en el antiguo Tampico.

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