lunes, 23 de enero de 2023

Conejos y liebres saltan de página en página


La presencia de conejos y liebres en la literatura es abundante y variada. Fueron material indispensable para las fábulas escritas por Esopo en la antigua Grecia, y más tarde el francés La Fontaine o los españoles Iriarte y Samaniego. Aparecen lo mismo en textos hindúes como el Ramayana ("Es como un orgulloso elefante y una liebre que están juntos en el bosque"; "Era como un león cuando mira a una liebre") que en la mitología egipcia, el teatro griego o la poesía china.

En Las mil y una noches y en Romeo y Julieta, de Shakespeare, pueden encon- trarse referencias a liebres y conejos. Uno de los más famosos es, sin duda, el de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carrol. Fieles a su naturaleza han saltado de las páginas literarias al teatro y de allí, desde luego, al cine.

Para empezar estaría el conejo invisible de la obra teatral Harvey, de Mary Chase, ganadora del premio Pulitzer en 1945, que se adaptó al cine con James Stewart como Elwood P. Dowd, el único humano capaz de establecer contacto con el conejo, reminiscente del que sólo Donnie Darko podía ver, en una película posterior. El conejo Roger Rabbit no fue concebido originalmente para la película, sino que era el personaje de una novela: ¿Quién censuró a Roger Rabbit?, escrita por Gary Wolf y publicada en 1981.

Pero sería posible continuar ampliando el tema hasta el infinito si se incluye también a la literatura infantil. Los días subsecuentes estarán dedicados a liebres y conejos, puesto que ahora se vive, de acuerdo con la milenaria tradición china: el año del conejo.

Jules Etienne

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