lunes, 12 de diciembre de 2022

Diciembre: RETRATO DE UNA DAMA, de T. S. Eliot

"... y cuatro velas tenues en la sala oscurecida, cuatro círculos de luz dibujándose en el techo..."

I

Entre el humo y la niebla de una tarde de diciembre
dejas que la escena se arme sola -como ha de parecer-
con un “He reservado esta tarde para usted”;
y cuatro velas tenues en la sala oscurecida,
cuatro círculos de luz dibujándose en el techo,
un atmósfera de tumba de Julieta
preparada para todas las cosas a decir, o no decir.
Fuimos, digamos, a escuchar al polaco de moda
transmitir los Preludios, por el cabello y los dedos.
“Tan íntimo, este Chopin, que creo que su alma
debería resucitar sólo entre amigos,
dos o tres, que no tocaran la frescura
manoseada y cuestionada en las salas de concierto.”
- Y la charla así va derivando
entre deseos vacíos y lamentos elegidos con cuidado
sobre un fondo de atenuados tonos de violines
mezclados con débiles cornetas,
y comienza.

“No sabe cuánto significan mis amigos para mí,
y qué raro, qué raro y extraño es encontrar,
en una vida hecha de tantos, tantos fragmentos
(y eso por supuesto no me gusta... ¿lo sabía? ¡Usted no es ciego!
¡Es tan perceptivo!),
encontrar un amigo que tenga esas cualidades,
que tenga y ofrezca
esas cualidades de las que vive la amistad.
Cuánto significa para mí decirle esto...
sin esas amistades... la vida, ¡qué cauchemar!”

Entre el devaneo de los violines
y los solos fugaces
de cornetas entrecortadas,
un sordo tambor en mi cerebro
empieza a martillear absurdamente
su propio preludio,
caprichoso y monocorde,
que es al menos una clara, definida “nota falsa”.
- Tomemos aire, en un trance de tabaco,
admiremos los monumentos,
discutamos los últimos sucesos,
pongamos en hora nuestro reloj con un reloj de la calle
y sentémonos un rato a tomar nuestra cerveza.

Thomas Sterns Eliot
(Estadounidense nacionalizado inglés, 1888-1965). Obtuvo el premio Nobel en 1948.

(Traducido al español por Gerardo Gambolini).

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