El día 20 de noviembre estalló la bola formal. Ya
desde el día 18 decían que había habido en Puebla una trifulca en que unos
pronunciados maderistas, encabezados por un Aquiles Serdán, habían resistido a
las fuerzas federales y a la policía matando a mucha gente. Sofocaron aquel
motín, pero en Ciudad Guerrero, Chihuahua, y en Gómez Palacio, cerca de
Torreón, salieron otros rebeldes atacando a los del gobierno al grito de “¡Viva
Madero!”.
En el cuartel todo era barullo entre los jefes y los
oficiales; caras pálidas y pláticas acaloradas leyendo los periódicos. Los de
tropa nomás los veíamos y nos dábamos cuenta de que la cosa se ponía color de
hormiga y pensábamos que se acercaba una zurra de golpes en los que seguramente
iban a sobrar muchos chacós. El servicio de vigilancia se redobló y todos los superiores
se pusieron más pesados de como ya lo eran.
Francisco Luis Urquizo (México, 1891-1969).
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