martes, 13 de septiembre de 2022

Septiembre: TESS D'UBERVILLE, de Thomas Hardy

"... iba sola al pueblo, buscaba siempre al anochecer la compañía de sus amigas para volver a casa más segura."

(Fragmento del capítulo X

En su primera excursión se divirtió la joven más de lo que esperaba, contagiada de la alegría de los demás, que formaba tan vivo contraste con la monótona tarea que diariamente realizaba en el gallinero. Por lo que la repitió una y otra vez. Como la joven era interesante y agraciada, hallándose además en el momentáneo umbral de la feminidad, su paso por las calles de Chaseborough atraía algunas furtivas miradas varoniles, por lo cual, aunque algunas veces iba sola al pueblo, buscaba siempre al anochecer la compañía de sus amigas para volver a casa más segura.

Así transcurrieron un mes o dos, hasta que llegó un sábado de septiembre, en el que coincidían una feria y un mercado. Con este doble motivo, los peregrinos de Trantridge se las prometían doblemente felices en las tabernas. Tess estuvo muy atareada todo aquel día, llegando al pueblo mucho después que sus compañeras. Era una hermosa tarde de septiembre, a esa hora del crepúsculo en que las amarillentas luces luchan con las sombras azules en líneas finas como cabellos y la atmósfera misma forma perspectivas sin necesidad de objetos más sólidos, si se exceptúan las miríadas de alados insectos que en ella danzan. Por entre esta bruma del atardecer hizo Tess el camino.

Thomas Hardy (Inglaterra, 1840-1928).

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