preguntaban en cada pueblo:
«¿Por dónde se va a Belén,
queridos niños y niñas?»
Ni jóvenes ni viejos lo sabían,
los reyes continuaron su camino
siguiendo una estrella dorada,
que brillaba hermosa y alegre
La estrella permanecía sobre la casa de José,
a la que ellos entraron.
El buey mugía, el Niño lloraba,
los tres santos reyes cantaban.
(Die heiligen
drei Könige aus
Die heil'gen
drei Kön'ge aus Morgenland,
Sie frugen in
jedem Städtchen:
«Wo geht
der Weg nach Bethlehem,
ihr lieben
Buben und Mädchen?»
Die Jungen und
Alten, sie wußten’s nicht,
Die Könige
zogen weiter;
Sie folgten
einem goldenen Stern,
Der leuchtete
lieblich und heiter.
Der Stern blieb
stehn über Josephs Haus,
Da sind sie
hineingegangen;
Das Öchslein
brüllte, das Kindlein schrie,
Die heiligen
drei Könige sangen.)
Richard Strauss compuso en 1906 la música para coros y órgano que transformó el poema original en la canción Opus 56, número 6.
El propio Heine en su obra Alemania, cuento de invierno, escribió lo siguiente sobre los reyes magos en la famosa catedral de Colonia:
La Catedral no se acaba, aunque los viejos pájaros
oscuros, los búhos tengan predilección por arcaicas torres y muros. Un día,
incluso, la construcción que no se finaliza, con todo su santo instrumental
servirá de caballeriza. Y si se usara la Catedral de caballeriza, ¿qué haremos
con los Reyes del Tabernáculo? ¿Adónde los llevaremos? Preguntas así. ¿Pero
tienes tú por eso que preocuparte? Los Reyes Magos pueden ir muy bien a otra
parte.
Heinrich Heine (Alemán fallecido en Francia, 1797-1856).
(La traducción al español del poema Los tres reyes magos de Oriente es de Jules Etienne).
La ilustración corresponde al relicario de los reyes magos en la catedral de Colonia, Alemania.
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