lunes, 22 de febrero de 2021

Miércoles de ceniza: LA CENA DE LAS CENIZAS, de Giordano Bruno

"El miércoles próximo, dentro de ocho días, que será precisamente el miércoles de ceniza, estáis invitado..."

(Fragmento del segundo diálogo)

Teófilo: Entonces el señor Fulke Greville le dijo: «Por favor, señor Nolano, hacedme saber las razones por las que pensáis que la Tierra se mueve». El Nolano respondió que no podía darle razón alguna si no conocía su capacidad y que sin saber cómo podía ser entendida por él temía hacer lo de quienes exponen sus razones a las estatuas y van a hablar con los muertos. Le rogaba, por tanto, que se dignara en primer lugar a conocer proponiendo las razones que le persuadieran de lo contrario, puesto que en relación con las luces y la fuerza de ingenio que demostrara al aducir sus razones, podrían serle dadas las soluciones. Añadió ademas que, dado su deseo de mostrar la insuficiencia de las opiniones contrarias mediante los mismos principios con que se creen confirmadas, si se le procuraba el gran placer de encontrar personas estimadas idóneas para esta empresa, él siempre estaría dispuesto y preparado para responder. De esta manera se podría ver tanto mejor la virtud de los principios de su filosofía en oposición a la vulgar cuanta mayor oportunidad se le diera de responder y de dar explicaciones. Mucho gustó al señor Fulke esta respuesta: «Me hacéis, dijo, un grandísimo cumplido. Acepto vuestra proposición y voy a fijar una fecha en la que os enfrentarán personas que quizá no os priven de la oportunidad de exponer abiertamente vuestra doctrina. El miércoles próximo, dentro de ocho días, que será precisamente el miércoles de ceniza, estáis invitado junto con muchos nobles y doctos personajes, a fin de que después de comer se discuta de diversos y hermosos temas». «Os prometo -dijo el Nolano-, que no dejaré de estar presente ese día y siempre que se me ofrezca una ocasión similar, pues en la medida en que depende de mí nada es lo suficientemente importante para posponer mi deseo de aprender y de saber. Os ruego, sin embargo, que no me hagáis comparecer ante personas innobles, maleducadas y poco versadas en semejantes especulaciones». No cabe duda de que tenía motivos de temor, pues ha encontrado que muchos doctores de este país con los que ha tenido ocasión de hablar de letras tenían del patán, en su modo de proceder, más de lo que sería deseable. El señor Fulke respondió que no se preocupara, pues aquellos que le iba a presentar eran morigeradísimos y doctísimos. Así se acordó. Entonces, cuando llegó el día en cuestión (ayudadme, Musas, a contarlo)...

Prudencio: Apostrophe, pathos, invocatio poetarum more.

Giordano Bruno (Italia, 1548-1600).

(Traducido al español por Miguel Á. Granada).

La ilustración corresponde a un trabajo visual de Daniele Mizzoni sobre la estatua de Giordano Bruno en Roma.

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