jueves, 18 de febrero de 2021

Miércoles de ceniza: EL MERCADER DE VENECIA, de William Shakespeare


(Fragmento del acto segundo, escena V)

Launcelot: Vuestra señoría tenía el hábito de reprocharme el no poder jamás hacer nada sin órdenes.

(Entra Jessica).

Jessica: ¿Me llamáis? ¿Qué queréis?

Shylock: Estoy invitado a cenar, Jessica; he aquí mis llaves. Pero, ¿por qué había de ir? No es por afecto por lo que me invitan: quieren adularme. ¡Bah! Iré por odio, nada más que por hartarme a expensas del pródigo cristiano. Jessica, hija mía, vigila en la casa. Salgo verdaderamente contra ni deseo; algo se fragua contra mi reposo pues he soñado esta noche con sacos de dinero.

Launcelot: Os ruego, señor, que vayáis; mi joven amo aguarda vuestra «desgracia».

Shylock: Y yo la suya.

Launcelot: Y han conspirado juntos... no quiero deciros que veréis una mascarada, pero si la veis no fue entonces baldío el que mi nariz sangrara el último lunes de Pascua, a las seis de la mañana, que caía este año el mismo día que el Miércoles de Ceniza de hace cuatro años por la tarde.

Shylock: ¡Cómo! ¿Hay máscaras? Escúchame bien, Jessica. Cierra con cerrojo mis puertas y cuando escuches el tambor o el silbido ridículo del pifano de cuello encorvado, no te encarames a las ventanas, ni alargues tu cabeza sobre la vía pública para embobarte ante los payasos cristianos de pintados semblantes, sino, al contrario, tapa los oídos de mi casa, quiero decir, mis ventanas; no dejes entrar en mi severa morada los ruidos inútiles de la disipación. Por el báculo de Jacob juro que no tengo ninguna gana de festejar hoy; sin embargo, iré. Andad delante, bribón; decid que voy a llegar.

William Skakespeare (Inglaterra, 1564-1616).

(Traducido al español por María Enriqueta González Padilla).

La ilustración corresponde a Jessica (Mónica López) y Shylock (Tony Amendola) durante una puesta en escena de El mercader de Venecia, dirigida por Sharon Ott en 2010.

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