lunes, 18 de mayo de 2020

Epidemias: LOS MUERTOS MANDAN de Vicente Blasco Ibáñez

"... sin que él recibiese noticias de alguna barca salida de Argel en pleno mal tiempo."

(Fragmento del capítulo III de la primera parte)

Tenía centenares de súbditos, capaces de morir por él y una flota invisible que navegaba de noche, sin miedo a los temporales, abordando a costas casi inacce- sibles. Las preocupaciones y peligros de estas empresas no se traslucían nunca en su rostro jovial y sus ademanes generosos. Sólo se mostraba triste cuando pasaban varias semanas sin que él recibiese noticias de alguna barca salida de Argel en pleno mal tiempo.

- ¡Perdida! -decía a sus amigos-. La barca y el cargamento importan poco... Iban siete hombres en ella, y yo también he navegado así... Procuraremos que a las familias no les falte el pan.

Otras veces, su tristeza era fingida, y al expresarla fruncía irónicamente sus labios: «Una escampavía del gobierno acaba de apresarme una barca.» Y todos reían, sabiendo que Toni dejaba algunos meses que le cogiesen una embarcación vieja con algunos bultos de tabaco, para que sus perseguidores pudieran ostentar de este modo un triunfo. Cuando había epidemia en los puertos de África, las autoridades de la isla, impotentes para guardar un litoral extenso, llamaban a Toni, apelando a su patriotismo de mallorquín, y el contrabandista prometía cesar momentáneamente en sus navegaciones o cargaba en otro punto para evitar el contagio.


Vicente Blasco Ibáñez (Español fallecido en Francia, 1867-1928).

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