jueves, 28 de marzo de 2019

Tu boca: ODA A LA MELANCOLÍA, de John Keats

"... y al lado del doloroso gozo, que se torna veneno al beber de él tu boca, como abeja."

I

No vayas, no, no vayas al Leteo, ni extraigas del acónito,
firmemente arraigado, su licor venenoso;
que no bese tu pálida frente la belladona,
fruto color rubí de Proserpina;
no formes un rosario con las baya del tejo
ni permitas que sea escarabajo o fúnebre falena
ni dolorida Psique, ni el búho compañero
en los misterios de tu gran pesar;
si no sombras y sombras vendrán igual que un sueño muy profundo
y ahogarán la despierta angustia de tu alma.

II

Pero cuando la carga melancólica caiga
de pronto de los cielos como llanto de nube,
que alimenta a las flores de abatido semblante
y que oculta el verdor de la colina tras mortajas de abril,
hunde entonces tu pena en una rosa al alba
o en la irisada ola, rota en sal en la arena,
o en el rico esplendor que encierran las redondas peonías;
o si tu amante muestra algún crecido enojo
toma su suave mano, deja que se enfurezca
y en sus incomparables ojos bebe profunda y hondamente.


III

Melancolía hay en lo que es bello-lo que es bello y que muere-,
y en la alegría, que se lleva siempre la mano hasta sus labios
diciendo adiós; y al lado del doloroso gozo,
que se torna veneno al beber de él tu boca, como abeja.
Ay, que en el mismo templo
del deleite,
oculto, guarda la melancolía su soberano trono,
no observado por nadie, salvo por quienes con sus fuertes lenguas
deshacen, contra el fino paladar, las uvas del placer;
entonces saborean la tristeza del poder que ella tiene
y pasan a engrosar su galería de sombríos trofeos.


John Keats (Inglés fallecido en Italia, 1795-1821). 

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