miércoles, 20 de febrero de 2019

Tu boca: LA ENÉIDA, de Virgilio

"Juno, que estaba contemplando la batalla desde una rutilante nube..."

(Fragmento del libro duodécimo)

En tanto el Rey del omnipotente Olimpo habla en estos términos a Juno, que estaba contemplando la batalla desde una rutilante nube: "¿Cuál será, esposa mía, el término de esta guerra? ¿Qué resta aún por fin? Bien sabes, y tú misma lo confiesas, que Eneas ha de subir al Olimpo, y que los hados le reservan un asiento encima de las estrellas. ¿Qué tramas, pues? ¿Qué esperanza te tiene fija en esta fría región de las nubes? ¿Estuvo bien, por ventura, que profanase a un numen herida abierta por mano mortal? ¿Fue bien restituir a Turno su espada (pues sin ti ¿qué hubiera podido Iuturna?), y acrecer la pujanza de los vencidos? Desiste ya de tu empeño, en fin, y déjate vencer de mis ruegos; no te entregues por más tiempo a esa callada pena que te devora, antes bien tu dulce boca deposite en mí tus tristes cuidados; ya ha llegado el momento supremo...


Publio Virgilio Marón: Publius Vergilius Maro (Imperio romano, 70 a. de C.-19 a. de C.)

(Traducido al español por E. de Ochoa).

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