sábado, 23 de febrero de 2019

Tu boca: METAMORFOSIS, de Ovidio

"... y sospecho, por el movimiento de tu boca hermosa, que dices palabras que no alcanzan mis oídos…"

Narciso y Eco

(Fragmento)

Ni el cuidado de Ceres ni el de descansar pueden abstraerlo de ahí, sino que fundido sobre la hierba opaca contempla a media luz la forma engañosa, y muere por sus ojos, y elevándose un poco hacia unos matorrales, tiende los brazos: “Oh espesuras, ¿habrá alguien amado de forma más cruel? Lo sabréis, vosotras que habéis sido escondite oportuno para muchos. ¿A alguien recordáis, en vuestros largos siglos, que así se consumiera? Veo y disfruto, pero no puedo llegar a eso que veo y disfruto: así tiene el engaño atrapado a un amante. Y por mucho que me aflija, no es un gran océano lo que nos separa, ni un largo camino, ni montañas, ni fuertes con sus pórticos cerrados. ¡Un agua exigua nos lo prohíbe! Deseo ser poseído, pues tantas veces hemos extendido besos a las linfas líquidas, y él otras tantas, boca arriba, avanza hacía mí con su boca. Creías que se puede tocarlo: es mínimo lo que separa a los amantes. Quien quiera que seas, ¡sal de aquí! ¿Por qué, singular muchacho, me engañas, o por quién, solicitado, te vas? Ciertamente no es mi apariencia ni mi edad lo que rehuyes, ¡y eso que también he sido amado por ninfas! No sé qué esperanza prometes con tu rostro, amigo; cuando he acercado a ti mis brazos, gratamente has acercado los tuyos, has sonreído cuando he reído yo; incluso al llorar yo a menudo he notado tus lágrimas; a mi asentimiento respondes también con señales y sospecho, por el movimiento de tu boca hermosa, que dices palabras que no alcanzan mis oídos… Éste soy yo mismo. Lo he sentido, y mi imagen no me engaña: ardo de amor por mí, enciendo llamas y las llevo. ¿Qué voy a hacer? ¿Hacerme pretendido o pretender? ¿Y ahora qué pretenderé? Lo que deseo está conmigo: pobre de mí, en mi abundancia. Oh, ojalá pudiera separarme de nuestro cuerpo, deseo un amante nuevo, de lo que amamos solo quisiera su ausencia… Las penas ya me roban el vigor, el tiempo que me queda ya no es largo, y en mi primera edad me extingo. Y para mí la muerte no es grave, que con ella mueren las penas. Quisiera que mi predilecto se quedara más tiempo. Ahora en una sola alma los dos moriremos de acuerdo.”

Ovidio
(Poeta romano nacido en la actual Italia y fallecido en lo que ahora es Rumania, 43 a. de C.-17 o 18 a. de C.)

(Traducido al español por Francisco Serra Lopes).

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