jueves, 27 de diciembre de 2018

Año nuevo: LAS CAMPANAS, de Charles Dickens

"Trotty pensaba que no le correspondía porción alguna del Año Nuevo ni del Viejo."

(Fragmento del capítulo II)

Ese día el año era viejo. El paciente año había soportado los reproches y abusos de quienes lo calumniaban y había cumplido su trabajo con fidelidad. Primavera, verano, otoño, invierno. Había completado la ronda de su destino y ahora bajaba su cansada cabeza para morir. Privado de esperanza, energía y felicidad para sí mismo, pero activo mensajero de muchas alegrías para otros, al declinar suplicaba que se recordaran sus días laboriosos y pacientes horas, para así morir en paz. Trotty podría haber leído una alegoría de la pobreza en el año que se desvanecía, pero eso ya había quedado atrás.
 
¿Y así era sólo para él o acaso la misma apelación ya ha salido en vano de los setenta años que lleva a cuestas algún obrero inglés?
 
Las calles se encontraban llenas de actividad y las tiendas estaban decoradas en tono festivo. Se esperaba el Año Nuevo como a un infante heredero del mundo entero, con bienvenidas, regalos y júbilo. Había libros y juguetes para Año Nuevo, chucherías brillantes para Año Nuevo, vestidos para Año Nuevo, planes para hacer fortuna en Año Nuevo, nuevos inventos para seducirlo. Su vida ya estaba trazada en almanaques y calendarios de bolsillo; todo el ciclo de sus estaciones, con sus días y sus noches, estaba calculado con tanta precisión como la que empleaba el señor Filet para hacer sumas con hombres y mujeres.
 
El Año nuevo, el Año Nuevo. ¡Por todas partes el Año Nuevo! Ya todos consideraban muerto al Año Viejo, y sus productos se vendían baratos como los efectos personales de un marinero ahogado. Sus patrones eran ya los del año pasado y estaban destinados al sacrificio incluso antes de que exhalaran su último aliento. ¡Sus tesoros no eran más que polvo junto a las riquezas de su nonato sucesor!
 
Trotty pensaba que no le correspondía porción alguna del Año Nuevo ni del Viejo.


Charles Dickens (Inglaterra, 1812-1870).
 
(Traducido al español por Darío Zárate Figueroa).
La ilustración corresponde a Gerry Maher en la puesta en escena de una adaptación teatral de John Hurley (2016).

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