miércoles, 30 de mayo de 2018

Mayo: GIULIA DE GAZUOLO, de Matteo Bandello

"Era el penúltimo día de mayo al mediodía; el sol era en esa estación muy caluroso y el campo estaba muy lejos..."

Novela VIII Libro primero: Giulia de Gazuolo
 
(Fragmento)

Estaba en la corte de monseñor el obispo un estafero que era muy amigo del camarero y, si no mal recuerdo, oriundo también de Ferrara. El camarero reveló a éste su ardiente amor y todo lo que había intentado para suscitar un poco de compasión en el corazón de la joven, sin que ella dejara de mostrarse dura y rígida igual que escollo marino, y cómo, no había podido doblegarla ni con palabras ni con regalos.
 
- Ahora -le dijo- viendo que no puedo vivir si no satisfago mis deseos y sabiendo lo mucho que me quieres, te ruego que me ayudes a conseguir lo que deseo. A menudo ella va solita al campo, en donde, con ayuda de los trigos ya altos, podremos lograr nuestro propósito.
 
El estafero, sin pensarlo más, le prometió que siempre estaría con él para hacer todo lo que le pidiera. Por lo tanto, el camarero se puso a espiar lo que Giulia hacía hasta que un día supo que saldría sola de Gazuolo. Llamó pues al estafero, se fue al campo en donde ella estaba trabajando y empezó, como de costumbre, a suplicarle que tuviera ya piedad de él. Ella, viéndose sola, rogó al joven que no la molestara y, sospechando alguna maldad, emprendió el regreso a Gazuolo. El joven, no queriendo que la presa se le fuera de las manos, fingió querer acompañarla con su amigo, rogándole todavía cariñosamente, con humildes y amorosas palabras, que tuviese piedad de sus sufrimientos. Ella, apresurando el paso, se dirigía de prisa a su casa; caminaba sin contestar a lo que el joven le iba diciendo, hasta que llegaron a un gran campo de grano que había que cruzar.
 
Era el penúltimo día de mayo hacia el mediodía; el sol era en esa estación muy caluroso y el campo estaba muy lejos de cualquier poblado. Apenas entrados en el campo, el joven echó los brazos al cuello de Giulia e intentó besarla, pero ella, queriendo huir y gritando auxilio, fue agarrada y echada a tierra por el estafero, quien enseguida le puso una mordaza en la boca para que no siguiera gritando. Luego los dos la llevaron cargada a la viva fuerza lejos del sendero que cruzaba l campo; aquí, mientras el estafero le detenía las manos, el desenfrenado joven la desfloró y ella, amordazada, no pudo defenderse.
 
 
Matteo Bandello (Italiano fallecido en Francia, 1485-1561).
 
(Traducido al español por Annunziata Rossi).

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