domingo, 1 de abril de 2018

Nieve: SIGNOS, de Derek Walcott

"En la distancia, la palabra Cracovia suena a artillería. Tanques y nieve. "

Para Adam Zagajewski
 
IV
 
Esa nube era Europa, que se desvanece más allá de las ramas espinosas
del lignum-vitae, del árbol de la vida. Queda una nube con forma de yunque
sobre estas islas, en las cimas de aludes atractivos,
ventiscas sobre el frente de campañas moteadas de nieve,
las mismas viejas noticias que solo cambian fronteras y políticas,
más allá de las que se ahítan los lobos, de ojos rojos como bayas,
y sus silentes aullidos se apagan entre volutas de humo
como la helada nube sobre los puentes. Lentamente, la barcaza de Polonia
va flotando corriente abajo con magistral escansión,
los minaretes de San Petersburgo como una nube. Luego, las nubes
se olvidan al igual que los combates. Como la nieve en primavera. Como el mal.
Todo lo que parece de mármol no es más que un velo.
Entonces, interpretad a Timón, y maldecid todo empeño como vil.
Vuestra sombra permanece con vosotros, sobrecogiendo a los rápidos cangrejos
que se agarrotan hasta que pasáis de largo. Esa nube representa la primavera
para los sauces babilonios de Amsterdam, que brotaban de nuevo
como las muchedumbres en Pisarro por las ramas de un húmedo bulevar,
y la llovizna que azota sus pequeños alambres envuelve
Notre Dame. En la distancia, la palabra Cracovia
suena a artillería. Tanques y nieve. Muchedumbres.
Muros acribillados por agujeros de bala que, como el algodón, se cierran.


Derek Walcott (Británico originario de la isla de Santa Lucía, 1930-2017).
Obtuvo el premio Nobel en 1992.
 
La ilustración corresponde al monasterio benedictino de Tyniec, al sur de la ciudad de Cracovia, en Polonia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario