lunes, 5 de marzo de 2018

Nieve: HUÉSPED PARA UNA NOCHE, de Shmuel Yosef Agnon

"Y sobre los vagones se va desflecando el humo..."
 
(Fragmento del capítulo XXXVII)
 
Naranjas

La estación está cubierta por la nieve y sobre las vías, por las que ruedan vagones y vagones. Algunos, pocos, se quedan en Szybuscz y otros, pocos también, parten de Szybuscz. De todos modos, el tren realiza su misión puntualmente. Dos veces al día, llega y se va. Cuando llega el tren, aparece el jefe de estación, «el hombre de goma», con su mano de goma y su voz melodiosa que dice: «Szybuscz». Lleva el traje muy limpio y el bigote muy cuidado. Pensé quedarme allí para ver cómo se relamía al decir: «Szybuscz»; pero en aquel momento me entró nieve en los ojos y se me nubló la vista.
 
La fila de vagones avanza entre montones de nieve. Por lo general, son negros, pero hoy aparecen blancos. Y sobre los vagones se va desflecando el humo. Antes de que pueda decidir entre elevarse o descender al suelo, lo ha borrado la nieve.
 
El tren se detiene en la estación y de él descienden tres o cuatro personas que transportan unos sacos. En los sacos hay esas cosas con las que los pobres se ganan la vida: hierro viejo, pieles de conejo o tal vez patatas, coles, zanahorias o legumbres.
 
¿Dónde están los comerciantes que solían venir a Szybuscz en esta época del año? Se envolvían en magníficas pellizas, con grandes cuellos que les llegaban hasta los hombros.
 
Los grandes comerciantes vendieron sus mercancías y no tienen dinero para comprar más; las comisiones de ayuda les dieron dinero para que pudieran reanudar el comercio. Pero el dinero de la beneficencia no tiene fuerza. Alivia el hambre de los pobres, pero no les ayuda a ponerse en pie. Y si les pone en pie les hace doblar la espalda y les ensombrece el espíritu y nunca recobran el ánimo.


Shmuel Yosef Agnon
(Escritor en lengua hebrea nacido en Ucrania y fallecido en Israel, 1888-1970).
Obtuvo el premio Nobel compartido con Nelly Sachs en 1966.

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