"... uno se pregunta si en verdad existe el día o si se trata más bien de un estado intermedio, una suerte de eclipse sombrío..."
(Fragmento)
(Fragmento)
Escribí
estas páginas en noviembre de 1996. Los días son lluviosos. Mañana entraremos
en el mes de diciembre y habrán pasado cincuenta y cinco años desde la fuga de
Dora. La noche cae pronto y es preferible: borra el tono gris y la monotonía de
estos días de lluvia en los que uno se pregunta si en verdad existe el día
o si se trata más bien de un estado intermedio, una suerte de eclipse sombrío,
que se prolonga hasta primeras horas de la tarde. Entonces, las farolas, los escaparates,
los cafés se iluminan, el aire de la noche es más vivo, el contorno de las
cosas es más preciso, hay embotellamientos en los cruces, la gente se apresura
en las calles. y en medio de todas esas luces y de esa agitación, me cuesta
creer que me encuentro en la misma ciudad donde residían Dora Bruder y sus
padres, y también mi padre, cuando tenía veinte años menos de los que yo cuento
ahora. Tengo la impresión de ser el único en establecer el vínculo entre el París
de aquel tiempo y el de hoy, el único que se acuerda de todas esas minucias. En
algunos momentos, el vínculo se adelgaza y está a punto de romperse; pero
algunas noches la ciudad de ayer se me aparece con reflejos furtivos detrás de
la de hoy.
Patrick Modiano (Francia, 1945). Obtuvo el premio Nobel en 2014.
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