martes, 31 de octubre de 2017

Eclipse: LEYENDAS DE GUATEMALA, de Miguel Ángel Asturias


(Fragmento de la segunda cortina amarilla)

Chinchibirín: Cuác, dices que en el Palacio del Sol todo es mentira, dices que la vida es una ilusión de los sentidos, dices que nada existe fuera de Cuculcán que pasa de la mañana a la tarde, de la tarde a la noche, de la noche a la mañana! ...

Guacamayo: ¡Acucuác, cuác, cuarác!

Blanco aporreador de tambores (Sumerge en el ruido de sus tambores, la voz del Guacamayo): ¡Escucha, primero, lo que se habla, Saliva!

Abuela de los remiendos: ¡Y tú, calla tus tempestades de cuero porque pueden despertar los chupamieles!

Guacamayo: Abuela sublime, ¿qué remedio tienes para el dolor de dientes? ¡Me duelen cuando hay eclipse y cuando veo comer caña!

Abuela de los remiendos: ¡No puede haber eclipse más que en tu saliva, porque la luna se despedazó en tu boca, por eso te llamas Saliva de Espejo, y si hacen merced de creerlo, un guerrero no morirá, caerá aparentemente muerto bajo la tiniebla del sueño, y de su pecho volverá a salir el espejo amarillo del cielo, el comal redondo en que se cocían al fuego lento de las estrellas, las tortillas de los dioses : amarillas y blancas tortillas hechas de maíz amarillo y blanco, los días, y negras tortillas hechas de maíz negro, las noches. (Blanco Aporreador de Tambores, atento al discurso de la Abuela, toca el tambor, mientras ella toma aliento recapacita y sigue.) ¡La Luna, por consejo de Saliva Pluma Amarilla, Pluma Roja, Pluma Verde, Pluma Morada, Pluma Azul! ...

Chinchibirín: ¡El Arcoiris!

Guacamayo: ¡Yo pedí remedio contra el dolor de dientes, y ve con lo que sales, Abuela meñique!
 
 
Miguel Ángel Asturias (Guatemala, 1899-1974), Obtuvo el premio Nobel en 1967.

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