domingo, 8 de noviembre de 2015

Venecia: ENCUENTRO CON EZRA POUND, de Antonio Colinas


debes ir una tarde de domingo,
cuando Venecia muere un poco menos,
a pesar de los niños solitarios,
del rosado enfermizo de los muros,
de los jardines ácidos de sombras,
debes ir a buscarle aunque no te hable
(olvidarás que el mar hunde a tu espalda
las islas, las iglesias, los palacios,
las cúpulas más bellas de la tierra,
que no te encante el mar ni sus sirenas)
recuerda: Fondamenta Cabalá,
hay por allí un vidriero de Murano
y un bar con una música muy dulce,
pregunta en la pensión llamada Cici
donde habita aquel hombre que ha llegado
sólo para ver gentes a Venecia,
aquel americano un poco loco,
erguido y con la barba muy nevada,
pasa el puente de piedra, verás charcos
llenos de gatos negros y gaviotas,
allí, junto al canal de aguas muy verdes
lleno de azahar y frutos corrompidos,
oirás los violines de Vivaldi,
detente y calla mucho mientras miras:
Ramo Corte Querina, ése es el nombre,
en esa callejuela con macetas,
sin más salida que la de la muerte,
vive Ezra Pound
 
 
Antonio Colinas (España, 1946)
 
Nota: este poema, tal y como fue publicado por la editorial Visor en 1982, en el volumen Antonio Colinas: Poesía, 1967-1980, carece de puntos y, por lo tanto, de las correspondientes mayúsculas que les proceden.

La ilustración corresponde a una fotografía de Ezra Pound al atardecer en Venecia.

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