domingo, 16 de agosto de 2015

Venecia: LA TEMPESTAD, de Juan Manuel de Prada

"... Venecia se mantenía fiel a su designio, que no era otro que el de hundirse grandiosamente en la laguna..."

(Fragmento)
 
Contemplé el perfil de su rostro, erosionado como el de Venecia por las sucesivas invasiones de hombres que la habían venerado o mutilado moralmente, pero inasequible a su dominación. Los extranjeros se habían agolpado sobre Venecia y la habían arañado con sus zarpas, o se habían obstinado en redimirla de su decadencia, pero Venecia se mantenía fiel a su designio, que no era otro que el de hundirse grandiosamente en la laguna, para convertirse en un cementerio submarino con palacios como mausoleos y grandes plazas para que paseen los muertos.
 
 
Juan Manuel de Prada (España, 1970) 

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