Diálogo entre Giulio (joven dandy extranjero, todavía imberbe) y Oria (sirviente de Valeria).
Giulio: Por favor, se lo suplico, deténgase un momento de manera que pueda
decirle algunas palabras. Y disculpe si sueno presuntuoso, pero su gentileza me
da la confianza de dirigirme a usted.
Oria: A sus órdenes, señor.
Giulio: Soy un caballero extranjero, he venido a ver la nobleza de un lugar
tan distinguido y singular como lo es Venecia. Pero, más allá de todo lo
placentero que he encontrado en esta ciudad, nada lo es más que sus distinguidas
y hermosas mujeres, y entre todas ellas ninguna lo es más que su joven ama –se
ha robado mi corazón y me ha vuelto un esclavo eterno de su belleza y de sus
gentiles maneras. Por favor, dígale que soy suyo, y le ruego me recomiende con ella.
Oria: Perdóneme señor, tenga paciencia. No quisiera ser la embajadora de su
amor.
Giulio: Por favor, ¡se lo suplico!
Oria: Váyase, ahora, usted parece decidido a
burlarse de mí.
Obra teatral anónima del siglo XVI
(Según Giorgio Padoan, debió ser escrita y representada por primera ocasión en el carnaval de 1535).
(Traducido del italiano por Jules Etienne).
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