jueves, 9 de mayo de 2013

Páginas ajenas: OCTAVIO PAZ POR ÉL MISMO

 
Mi madre detestaba las discusiones y respondía a las diatribas con una sonrisa. Yo encontraba sublime su silencio. más contundente que un tedioso alegato. Mi madre -hormiga providente... pero hormiga que cantaba como una cigarra- me decía: procura ser modesto, ya que no humilde. La humildad es de santos, la modestia, de gente bien nacida.
 
Mi madre, niña de mil años,
madre del mundo, huérfana de mí,
abnegada, feroz, obtusa, providente,
jilguera, perra, hormiga, jabalina,
carta de amor con faltas de lenguaje,
mi madre: pan que yo cortaba
con su propio cuchillo día a día.
 
 
Octavio Paz (México, 1914-1998)
 
La ilustración corresponde a Madre e hijo (1892), de Émile Munier 

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