lunes, 18 de enero de 2021

La tristeza del tercer lunes de enero


Hoy es lo que se ha dado en llamar el lunes triste (Blue Monday), es decir, el día más depresivo del  año. Con ese motivo, en algún enero anterior escribí un texto titulado Propósitos y despropósitos del año nuevo, y en el mismo explicaba: Si bien es una designación por demás discutible, gracias a una fórmula desarrollada por el sicólogo Cliff Arnall, profesor de la Universidad de Cardiff, en el año 2005, en la que mediante una ecuación matemática que incluye media docena de elementos: el clima, las deudas, el lapso transcurrido después de los festejos navideños, el índice de motivación, la sensación de que ha llegado el momento de tomar decisiones y -lo que a mí me parece más simbólico-, el tiempo de confrontar lo que se suele denominar propósitos de año nuevo y que, a estas alturas, ya empezaron a ceder ante la realidad de las costumbres y vicios propios.

Valdría la pena acotar el hecho de que mientras aquí vivimos el invierno boreal, al sur del Ecuador se encuentran en pleno verano, de manera que el factor climatológico, el cual también influye según indica el profesor Arnall, allá no procedería, aunque al igual que nosotros también hayan brindado por el paso del año concluido hacia el que comienza.
 
En El mono epigramático dedicado, como su título sugiere, a reunir mis epigramas, se encuentra uno al que he titulado Augurio:

La cuenta regresiva ha empezado
el último día se sabrá con rigor
si experiencia hemos logrado,
y vivimos otro año mejor.

Considero que la clave de todo radica en la experiencia. Si cada año logramos acumularla, en lugar de envejecer nos iremos haciendo más expertos en el complicado oficio de vivir. "El arte de envejecer es el arte de conservar alguna esperanza", escribió André Maurois en su novela Climas. El problema es que no siempre existe la disposición de aprender, incorporar lo vivido para modificar conductas, asumir los errores cometidos pero emprender de nuevo el camino procurando que no se repitan. Decía Aldous Huxley en el memorable prólogo de su novela Un mundo feliz (A Brave New World), al referirse al remordimiento crónico como el más indeseable de los sentimientos. "Revolcarse en el fango no es la mejor manera de limpiarse".

Por alguna extraña razón, parecería que forma parte de la condición humana el rechazo a la experiencia. Sobre todo si es ajena. Se nos podrá advertir lo que sucede si hacemos o dejamos de hacer esto o aquello. No importa, necesitamos experimentarlo en carne propia para comprenderlo. Hacemos más difícil el trayecto, en lugar de transitar por la vía más corta o por el lado sombreado de la vereda.

Karen Blixen, la escritora danesa que firmó su obra con el seudónimo literario de Isak Dinesen -y cuya prosa es definida por Vargas Llosa como "una anomalía genial"-, lo ha dicho, por supuesto, mucho mejor que yo. En su relato titulado El mono, que fue publicado en el volumen Siete cuentos góticos, la tía Cathinka le pregunta al pequeño Boris: "¿Qué es lo que cuesta mucho conseguir, se ofrece por nada y casi siempre se rechaza?" El niño escuchaba atento lo que la anciana tenía que decirle: "Experiencia, la experiencia de los viejos". Dicho lo anterior, le ofrece una reflexión acerca de los hijos de Adán y Eva, "si hubiesen estado preparados para hacer uso de la experiencia de sus padres, el mundo se habría comportado sensiblemente mejor desde hace seis mil años".

Jules Etienne

2 comentarios:

  1. Primero que sirva este para desearte un año pleno de vida, segundo para reconectar el contacto, porque el afecto sigue vivo, después informarte que me tomé el permiso de reenviar tu correo a Luis de la Cuesta, ojala puedan seguir la relación por correos. Un año pasado lleno de experiencias, que como tu bien reflexionas, espero las haya vivido conscientemente para poder obtener de ellas un mayor crecimiento en mi persona.
    De mas está decir que sigo con un afecto entrañable a ti.
    Tu amiga desde entonces y desde acá.
    Clara Martha. besos.

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  2. Hola ya había puesto un comentario pero no se porque no aparece.
    Aprovecho otra vez para desearte un año nuevo lleno de vida.
    Como tu dices, o alguien dijo, el difícil oficio de vivir, y vivimos haciéndolo más difícil. Cuántas veces tropezamos con la misma piedra y seguimos sin aprender, ni de nuestra experiencia, menos de la de los otros, que siempre rechazamos.
    Le reenvié el correo a Luis de la Cuesta, ojala se pueda poner en contacto contigo.
    Te dejo el afecto y cariño de siempre.
    Tu amiga.
    Clara Martha.

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