viernes, 29 de abril de 2011

Palabras bastardas: consecuencia de la globalización



Cuando me ocupaba del texto relativo a la novela ¿Quién censuró a Roger Rabbit?, acudí al empleo de un anglicismo en su traducción literal: bastardización, porque si bien la Real Academia acepta el verbo en español bastardear, el vocablo no es muy común en nuestra lengua, ya que nosotros recurrimos más bien otras expresiones como sería el caso de adulterar, deformar, falsificar o pervertir, por citar sólo algunas. Pero en inglés, debido a que bastard es un insulto de uso cotidiano, la palabra se vuelve más coloquial e incluso conlleva una cierta dosis de agresividad.

Hará unos tres años que mi amigo Raúl Herrera y yo solíamos reunirnos semanalmente en un café y antes de iniciar nuestras conversaciones sobre cualquier tema, discutíamos alguna palabra en inglés cuya grafía era similar a la del español, pero su significado diferente, lo cual suele crear confusiones entre los hispanos que radicamos en países angloparlantes. Estuvimos creando durante una época lo que yo denominaba nuestro diccionario de hominimias bilingües.

Tal vez el ejemplo más claro sea el de la palabra library, que significa biblioteca, pero que a fuerza de leerla tan parecida a librería en español, es muy común encontrarse con personas que se refieren a la biblioteca pública como "la librería", cuando en realidad el equivalente sería bookstore: un lugar en el que se venden libros.

Una de las palabras de uso común, sobre todo entre los locutores de la radio y la televisión en español, es la traducción de la palabra success, que significa éxito. Ya que no dicen "resultó un éxito", sino "resultó un suceso", por un traslado incorrecto de la palabra desde su idioma original. Un amigo mexicano me decía hace poco: "me invitaron a ver sus facilidades". Cuando en realidad se refería a instalaciones, que es el significado en español de facilities. También conozco a varios centroamericanos que le llaman "carpeta" a la alfombra, debido a que en inglés se dice carpet.

El caso de la palabra bizarre, es muy interesante. Su constante empleo en inglés ha provocado que también en español se aplique con la connotación de fantástico y hasta grotesco, cuando según la Real Academia, el significado correcto de bizarro es valiente y esforzado, y en segundo término también puede ser generoso y ¡lúcido!, lo cual vendría a resultar casi un antónimo de lo que es el término en lengua inglesa.

La lista es mucho más amplia de lo que uno se imagina a primera vista, y sólo a través del habla cotidiana lo va descubriendo. Desafortunadamente nos ganaron otras ocupaciones y hasta dejamos de reunirnos como lo hacíamos -este fin de semana, por ejemplo, optamos por ver alguna película-, y nuestro proyecto se ha ido perdiendo en el olvido, aunque todavía conservamos una lista con más de cincuenta palabras.

El internet también ha aportado abundantes barbarismos como puede ser, por ejemplo, "accesar", que se toma de la indicación en inglés access, y que en español puede ser "tener acceso" o "acceder", pero nunca "accesar". Y lo mismo podría decirse de "checar", puesto que el verbo correcto es "chequear", un anglicismo que proviene del verbo to check, que a su vez significa comprobar. Pero al menos con dichos términos el sentido sigue siendo el mismo y no como sería el caso de otras palabras, por ejemplo argument, que no es argumento, sino discusión, o exit, que lejos de significar éxito, como uno podría imaginarse, quiere decir salida. Como la que estoy haciendo ahora.


En la ilustración correspondiente se aprecia se manera muy clara la palabra lemon, en inglés, que en realidad significa lima y no limón. En cambio lime es un limón. Por lo tanto lo que en español es una limonada, en inglés es limeade y no limonade.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario