(Fragmento del Canto V: Principalía de Diomedes)
Entonces Palas Atenea infundió a Diomedes Tidida valor y audacia, para que brillara entre todos los argivos y alcanzase inmensa gloria, e hizo salir de su casco y de su escudo una incesante llama parecida al astro que en otoño luce y centellea después de bañarse en el Océano. Tal resplandor despedían la cabeza y los hombros del héroe cuando Atenea le llevó al centro de la batalla, allí donde era mayor el número de los guerreros que se agitaban tumultuosos.
Homero (Grecia, siglo VIII a. de C.).
La ilustración corresponde a la estatua de Palas Atenea y Diomedes en Schlossbrücke de Berlín, Alemania.
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